Celebrar lo cotidiano y descubrir la magia del día a día, depende más de tu forma de ver las cosas, que de lo que sucede a tu alrededor. Cada instante encierra un tesoro.
Es crear y sostener aquello que amas. ¡Y disfrutar mientras lo haces!
A veces tienes la sensación de que ocurren pocas cosas extraordinarias en tu vida. Te acuerdas con añoranza de algunos acontecimientos como por ejemplo: una boda, un viaje, el nacimiento de tu hijo y no aprecias los regalos que momento a momento, te ofrece cada día.
En una de las escenas de Alicia en el país de las maravillas, el Sombrerero Loco celebra el «día del no cumpleaños». Es decir, cada fecha del calendario, cada día, merece una celebración, ya que la existencia se vive día a día. El sombrerero Loco te recuerda la importancia de celebrar lo cotidiano.
Si eres conciente de ello, estarás en disposición de celebrar lo cotidiano. A menudo, pasan inadvertidas las pequeñas maravillas que dan sentido a tus días. La magia de la vida se esconde y a la vez se muestra en lo sencillo y sutil.
Como dice un viejo proverbio oriental: «Estás aquí de paso, detente a mirar las flores.» Es necesario reflexionar sobre esta falta de atención del ser humano actual, siempre atareado y con prisas, hacia los momentos de profunda belleza y significado.
10 formas de celebrar lo cotidiano
Los momentos
Dado que cada instante es único, el mejor modo de honrarlo es darle el valor que tiene, de un momento irrepetible y saborearlo.
Lugares
Apreciar el espacio donde te encuentras, el lugar en el que vives y admirar sus detalles y matices con ojos siempre nuevos. « El paraíso está sobre nuestra cabeza y bajo nuestros pies». Celebrar la vida es reconocer tu lugar en este mundo, tu espacio, tu parcela.
Los elementos
Damos por supuesto bienes imprescindibles para la vida como el agua o el sol, elementos que son escasos en muchos puntos del planeta. Al recibirlos, poder disponer de ellos y disfrutarlos, puedes experimentar gratitud. ¡Celebrar lo cotidiano también es ser agradecido!
El Reino vegetal
Cada día te nutres y alimentas de ellos, así como las plantas que te ayudan a sanar y te aportan bienestar o las flores, que alimentan tu alma con su belleza, son también motivo de celebración. ¡Te invitan a celebrar lo cotidiano y a que interactúes con ellas!
Los animales
Tanto si convives con ellos cada día como si gozas contemplando el vuelo de las aves, nuestros compañeros de planeta son verdaderos maestros en el arte de la sencillez y la espontaneidad. ¡Ellos sí saben celebrar la vida!
Lo material
Valorar lo que tienes en vez de anhelar lo que desearías tener, es la clave de la satisfacción presente. A veces deseas algo que cuando lo tienes, te preguntas ¿Para qué quería tener esto?..
El cuerpo
Percibes el mundo y lo disfrutas a través de los sentidos, de todo tu cuerpo. Por lo tanto, cuidar de tu único vehículo para esta vida, es prepararlo para una fiesta diaria. ¡Celebra lo cotidiano con todos tus sentidos!
La mente
Es imposible apreciar las maravillas que te rodean si interpones entre tú y el mundo los velos de la negatividad y las ideas preconcebidas. Eres lo que piensas. ¡Piensa de otra forma mucho más positiva!
El corazón
Indagar en tus sentimientos y motivaciones te permite profundizar en tu propia esencia, lo cual beneficiará la relación contigo, con tus familiares, amigos y todo tu entorno. ¡Abre tu corazón para celebrar lo cotidiano!
El alma
Cultiva la vida espiritual en tu día a día y para ello, no es necesario seguir ninguna religión. Amplía el ancho de banda de tu conciencia para celebrar lo cotidiano, celebrar la vida y disfrutar de una vida más plena.
En una ocasión preguntaron a Cary Grant cuál era su secreto para llevar una existencia dichosa y con sentido. Su respuesta fue: «Mi fórmula para la vida es muy simple: me levanto por la mañana y me acuesto porta noche, entre medio, trato de ocuparme lo mejor que puedo de mi.»
Celebrar lo cotidiano es una actitud
Contrariamente a los que creen que para disfrutar de la vida es necesario disponer de mucho tiempo libre, las investigaciones sobre la capacidad de fluir placenteramente con lo que haces, demuestra que la mayoría de los momentos de felicidad, se dan en situaciones de actividad.
La diferencia entre hacer de esto un reto excitante o una pesada carga, es la actitud con la que se desea hacer el cambio.
Cómo celebrar lo cotidiano
¿Es posible celebrar lo cotidiano, celebrar la vida y cada momento en el trabajo o en las labores repetitivas del hogar? Sí es posible, una vez más se trata de una cuestión de actitud y de intención.
El monje y licenciado en filosofía Keisuke Matsumoto ve en estas tareas domésticas una oportunidad de crecimiento y purificación espiritual.
En su curioso Manual de limpieza de un monje budista explica: «Nuestra jornada comienza con la limpieza. Se barre el interior del templo, el jardín y se friega el suelo de la sala principal.
Pero nosotros no limpiamos todos los días porque esté sucio o desordenado, sino para librar al espíritu de cualquier sombra que lo nuble.»
Del mismo modo que todo viaje exterior acaba siendo un viaje interior, cuando das un significado más profundo a lo que haces cada día, por humilde y sencilla que sea la labor, con ello logras destensar el cuerpo y aquietar la mente, abriendo espacio para la creatividad.
Por este motivo el zen clásico o el budismo, así como otras técnicas de meditación, insisten en poner los cinco sentidos en lo que se estás haciendo en cada momento, como si eso que haces fuera lo más importante del mundo.
En vez de enfadarte con tus pensamientos y fatigar el cuerpo y la mente con tanta dispersión, centra tu atención en una sola cosa, eso te lleva a un estado de quietud y paz.
UN REGALO QUE NO SIEMPRE SABEMOS PERCIBIR
Esta misma atención por la limpieza de la que habla Matsumoto, puede aplicarse a todo lo que te rodea, con lo que convertirás una tarea rutinaria en un espacio para desarrollar la serenidad y la plenitud.
Dado que el resplandor de lo cotidiano depende de tu percepción de las cosas, veamos cuáles pueden ser las actitudes que llenan de polvo y nubes tu mirada y te impiden celebrar lo cotidiano:
- La falsa creencia de que no hay tiempo suficiente para disfrutar de este instante. Si observas cómo ha sido tu día, descubrirás que has dados vueltas en círculos en asuntos que no eran prioritarios.
- Anclarte en el pasado o recrearte con un posible futuro son dos formas de evadirte de un ahora que es tu único momento verdadero.
- Desear que las cosas sean de otro modo. Esta es otra trampa mental para no responsabilizarte de tu vida. Bastará con abrir bien tus ojos y todos tus sentidos para comprender que todo lo que sucede a tu alrededor, es un regalo irrepetible. ¡Celebrar lo cotidiano depende de ti y de tu actitud!
ME ENCANTA TU PAGINA…..
¡Muchas gracias Luz! Abrazos y buen camino.