Los caminos de la vida

Los caminos de la vida

Los caminos de la vida son muy parecidos a los que te puedes encontrar en un mapa de carreteras.

La inspiración puede encontrarnos en lugares o situaciones de lo más cotidianas y llevarnos a una comprensión más profunda de la vida.
Así fue como hace poco, conducía por la carretera y tenía que estar atenta a los carteles indicadores, no tenía muy claro cómo llegar al sitio que iba, era la primera vez que hacía ese camino.

Sin venir a cuento me sorprendo diciendo: “¡Eso es, la vida es una gran carretera!”.
Y así empezó una reflexión dentro de mí en la que encontraba similitud entre la vida y las carreteras con casi todo lo que veía.
Me explico:
La vida es un constante movimiento y puedes recorrer muchos caminos. Siempre estás en movimiento.
Puedes ir rápido o lento, elegir a la velocidad que quieres ir sabiendo que esa decisión puede ponerte en riesgo a ti y a quienes circulan a tu lado.

Si en algún momento aceleras, no te preguntes luego porque otras personas no pueden seguir tu ritmo o, por qué pierdes de vista a otras personas.

Puedes elegir ir por una vía rápida o un camino secundario, ambos te llevarán al mismo lugar pero las experiencias que se presentan en uno y otro, no son iguales. Los caminos de la vida pueden parecerse pero, siempre tienen algo que los hace diferentes.
Hay momentos en la vida en que te atascas, no avanzas o es necesario parar y darte un tiempo, es como encontrarte en medio de un atasco de tráfico, todos los coches parados, esperando y aunque quieras, no puedes continuar, es necesario que todo vuelva a fluir para ponerte en marcha otra vez.

En los momentos en que parece que no ves la salida, que el camino se ha estrechado y a tu alrededor todo se ha vuelto oscuro es igual que cuando entras en un túnel, de pronto parece que atraviesas la noche oscura del Alma, el escenario ha cambiado completamente y, aunque parezca que te llevará tiempo salir de ahí, de pronto, siempre está la luz al final del túnel y aparece la salida delante de ti.

También puedes pasar por momentos donde no lo tienes claro, no ves con nitidez hacia dónde vas o vislumbras algo que deseas pero, no consigues darle forma. Lo mismo pasa cuando atraviesas una zona con niebla. Tienes que bajar la velocidad, observar más y seguir adelante, con precaución, despacio pero sin pausa, no puedes pararte en mitad del camino. Hay que seguir. Lento pero seguro.

Cuando tu mente se atasca en una historia y da mil vueltas sobre un mismo tema, es como dar vueltas en una rotonda y seguir girando y girando sin saber que salida escoger.

Conducir por la carretera es conducir por la vida. Los caminos de la vida son muy parecidos a conducir con tu coche.

Verás gente que hace el camino sola/o, otras personas van acompañadas, hay quien disfruta del camino, otros tienen el rostro serio, algunos te acompañan durante un tramo del camino y luego se van, otros pocos te acompañan hasta el final, hay quien te adelanta y quien se queda atrás, hay quien te cede el paso y quien invade tu camino. Están los que te meten prisa y los que te sonríen.
Hay quienes se salen del camino principal y toman un desvío. Los caminos de la vida son muy variados.

Si te has pasado la salida o te has perdido, no pasa nada, vuelves al punto donde te has equivocado y continúas, lo peor que te puede pasar, es tardar un poco más en llegar pero, al final, siempre llegas.
Puede ocurrir que no tengas muy claro cómo ir hasta donde tú quieres pero, si prestas atención a los carteles que te van indicando qué camino debes seguir, seguro que llegarás. En el día a día ocurre lo mismo, la vida constantemente te da pistas de por dónde ir, no te pondrá carteles luminosos ni flechas indicando el siguiente desvío pero si estás atenta/o sus pistas no dejan lugar a dudas.

Puedes experimentar nuevas rutas, los caminos de la vida más concurridos o los más solitarios, incluso puedes trazar un nuevo camino, quizá más gente luego se anime a caminar por él.

No siempre podrás avanzar, los semáforos en rojo son como indicadores de que necesitas parar un poco, ya volverá a ponerse en verde no sin antes avisarte de que estés lista/o porque, el tiempo de descanso terminó y necesitas volver a ponerte en marcha.
Es como si al nacer, nos dieran a cada uno, nuestro particular mapa de carreteras y al mirarlo vemos que está marcado el punto de salida y el de llegada.
Tienes por delante tu propio camino, los caminos de la vida, cada uno el suyo, sabes hacia dónde tienes que ir y tu libre albedrío es elegir cómo quieres hacerlo y por dónde quieres ir.

Por cierto, todo esto es lo que puedes descubrir en mi consulta online de Cábala. Puedes despejar tu camino y hacer el viaje mucho más ligera/o. Aquí tienes toda la información.

Puedes elegir caminar sola/o, acompañada/o, despacio, rápido, puedes elegir caminos fáciles, con más dificultad, algún tramo cuesta arriba o por un camino llano o de todo un poco. Cuando te conoces puedes elegir los caminos de la vida que más se adapten a ti, a tus deseos y a tus aprendizajes, aunque esos caminos parezcan una tontería para otras personas.

El secreto para la mayoría de las personas es regular la velocidad, estar atentos a las señales y disfrutar de todo lo que el camino te ofrece. Antes o después… Todos vamos a llegar y parece ser que, todos vamos hacia el mismo lugar. El camino de la vida puede tener muchos recovecos pero, un único destino.

Cómo aumentar la energía positiva

Cómo aumentar la energía positiva

más energía positiva¡Pon más energía positiva en tu vida! ¿Que el mes pasado no fue muy bueno? ¡Pues este será mucho mejor!

A eso se le llama optimismo y puedes practicarlo como si se tratara de un ejercicio saludable.

Ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío es una cuestión de actitud, hará tu vida más agradable y será un plus para tu bienestar.

Afrontar los obstáculos sin hacer una montaña de un grano de arena disminuye el estrés, estimula el sistema inmunitario y las zonas del cerebro implicadas en la percepción del dolor, se muestran menos activas.

Los optimistas viven más años, son más felices, más saludables, están llenos de energía positiva y tienen una mejor calidad de vida.

Se llevó a cabo un estudio conocido como Proyecto de los Genes de la Longevidad y observaron que algunos aspectos de la personalidad como por ejemplo ser optimista, pacífico o extrovertido, desempeñan un papel fundamental en la cantidad y calidad de los años de vida. ¿Quieres saber cuáles son los beneficios demostrados de una actitud positiva para tu salud?

Más energía positiva en tu vida

Los optimistas envejecen mejor

No solo viven más años, sino que además disfrutan de una calidad de vida más elevada. Quienes disfrutan de cada día se mantienen en mejor forma física que sus alicaídos compañeros.

Los investigadores realizaron un seguimiento a más de 3.000 personas de entre 60 y 90 años, midiendo la destreza con la que desempeñaban rutinas cotidianas como levantarse de la cama, vestirse, ducharse y también observaron su forma de caminar (que es un indicador de futuros trastornos neurológicos).

Los resultados indicaron que la ilusión por la vida y las ganas de vivir, garantiza una mayor independencia en las actividades diarias cuando se llega a la vejez, así como un deterioro mucho más lento del estado físico en general.

Refuerza tu energía positiva

Dicho de otro modo: los pensamientos negativos y la actitud pesimista debilitan tus defensas, te hacen más vulnerable y te suman papeletas para enfermar. “Una persona pesimista ve la vida de manera más estresante, produce más esteroides y tiene más infecciones que una persona optimista“.

El estrés libera hormonas que inhiben la acción de los anticuerpos y por consiguiente, bajan las defensas del sistema inmune.

En cambio cuando estás serena, feliz y descansas bien, las funciones inmunológicas se refuerzan. Con un sueño reparador, segregas gran cantidad de melatonina que interviene en multitud de procesos bioquímicos reforzando tu respuesta inmune.

Y no es que los optimistas no tengan estrés,  sí que lo tienen, pero lo gestionan mejor, son más resolutivos y se recuperan más rápido de las adversidades y todo, gracias a una buena dosis de energía positiva.

Tu corazón estará más saludable

Ciertos aspectos psicológicos disminuyen notablemente las probabilidades de sufrir infartos y otros problemas cardiovasculares. “Hemos visto que factores como la felicidad o la satisfacción con la vida que vivimos, reducen el riesgo de enfermedades del corazón“.

Además los optimistas tienen mayores niveles de colesterol bueno y más bajos los de triglicéridos, suelen tener menor presión sanguínea y un peso corporal acorde a su complexión física. Los resultados muestran que en general, las personas que se sienten satisfechas con su vida, también tienden a adoptar hábitos más saludables: practican ejercicio de forma regular, tienen una dieta saludable y un sueño muy reparador.

Reduce el dolor

No rechazar el dolor puede funcionar como un potente analgésico. “Una buena actitud tiene un efecto sorprendentemente alto sobre el dolor. Se ha observado que la actitud positiva desencadena en torno a un 28% la disminución de la intensidad del dolor, lo que equivale a una inyección de morfina“.

Se trata de un mecanismo neurológico que puede explicar el impacto positivo del optimismo en las enfermedades crónicas. “El dolor necesita tratarse con algo más que pastillas. El cerebro puede amortiguar el dolor y es necesario acceder a este poder mental”.

Aleja la depresión

Promover el pensamiento positivo y la aceptación de sí mismos es crucial para la salud y el bienestar físico y mental. Los que tienen un punto de vista optimista, son menos propensos a tener conflictos emocionales, a caer en el abuso de sustancias, a desarrollar comportamientos antisociales o síntomas de ansiedad y depresión. ¡Más felicidad, menos tristeza!

Energía positiva en tu vida

Cuatro ejercicios positivos

Todos tenemos predisposición al optimismo. ¡Solo hay que entrenarse! Shawn Anchor, autor de ‘La felicidad como ventaja‘  propone cinco estrategias para potenciar el optimismo:

Permiso para soñar

A menudo se disfruta más del proceso que del resultado y es ahí donde hay que enfocar la energía. Señala en el calendario citas apetecibles: un viaje, una salida con amigos, paseos en la naturaleza, un día solo para ti,… Se lleven a cabo todas o no, estas visiones agradables elevan los niveles de endorfinas y de buen humor. ¡Tan solo pensar en ellas, obran milagros!

Practica la generosidad

Los pequeños actos de altruismo reducen el estrés y mejoran la salud emocional. Generosidad contigo y hacia los demás. No puedes dar aquello que no tienes.

Explora tus talentos

Todo el mundo tiene algo que se le da bien hacer (cocinar, las manualidades, los niños, saber escuchar, escribir). Cada vez que ejercitas uno de ellos, experimentas una subida de creatividad y optimismo. Si te hace falta una dosis de seguridad, busca algo que se te da bien y que hace tiempo que no practicas y ¡Disfruta, sin más!

Dulcifica tu entorno

Fotos y objetos varios que están en tu casa o en tu trabajo son más que mera decoración, son pequeñas cápsulas de energía positiva, disparadores de endorfinas por eso, rodéate de aquello que te alegra no solo la vista, sino también el Alma.

Además, para ahuyentar las emociones negativas, Shawn Anchor, propone reducir la dosis diaria de televisión y conversaciones sin contenido positivo.

Está bien mantenerse informado, pero una cosa es estar al tanto de lo que ocurre y otra muy diferente, una sobredosis de imágenes e historias que te arrastran hacia abajo. ¡Más energía positiva y menos ruido mental!

Entre nubes y claros

Entre nubes y claros

Entre nubes y claros pasa la vida y detrás de cada tormenta, siempre hay un sol brillando.

Subidas y bajadas, movimientos, cambios, altibajos, subidas a la cumbre y todo esto, para que nunca estés estática, para que no te quedes solo con lo conocido y salgas a experimentar.

Entre nubes y claros es un cuento corto de Francesc Miralles que asocia los cambios climáticos con los cambios internos, ya sabes, como es afuera es adentro.

 

“La mujer se abrigó antes de salir a la intemperie. Ya hacía un año que sus estudios sobre el cambio climático habían empezado en un lugar poco frecuentado del norte de Inglaterra, justo cuando se había separado de su pareja.

Tenía una vida placentera, transcurría entre nubes y claros suavemente hasta que un día, su marido le dijo que se había enamorado de una compañera de trabajo.

Pasado el impacto emocional, la mujer abandonó la ciudad y aceptó un puesto de profesora de meteorología en el norte de Inglaterra. Fue así como su vida empezó a transcurrir entre nubes y claros más acentuados.

Cada día recogía los registros que mostraban un claro cambio climático en la región, tanto era así, que habían empezado a cultivar viñedos en la zona.

Analizaba todos los registros comparándolos con los de otros años en la misma estación y a la vez que los nubarrones del invierno amenazaban lluvias en la zona, ella sentía cómo se iba encapotando y nublando su estado de ánimo.

Cada vez que se sentía desanimada, llamaba a su madre, una mujer octogenaria que vivía en Francia.

Su madre le preguntó: ¿Qué tal está el tiempo hoy? con su habitual tono jovial.

¡Pues está cambiante! Entre nubes y claros. Hemos tenido días muy soleados, con altas temperaturas, poco habitual para esta zona y ahora, se avecina una gran tormenta.

Vale, pero eso es el tiempo que hay fuera, yo te pregunto ¿Qué tiempo hace dentro de ti?

Su madre sabía captar sus cambios de ánimo como ninguna otra persona.

¡Pues, entre nubes y claros mamá! En verdad me he despertado alegre pero, a medida que venía hacia el trabajo, me he ido apagando. Antes de llamarte casi rompo a llorar.

Entre nubes y claros

Eso no tiene nada de raro hija. Así como cada lugar tiene su propio clima, las personas pasamos por distintos estados de ánimo. Las emociones se mueven entre claros y nubes constantemente y a veces, en un mismo día.

¿Entonces, es normal, no estoy tan mal como creía?

¡Claro que no! Creo que le das demasiada importancia a tus borrascas internas que ya deberías saber que son pasajeras. Nuestro mundo interior es muy cambiante. De pronto brilla como el sol y al rato, aparecen nubarrones. Ya sabes, entre claros y nubes se desarrolla la vida.

Todo está cambiando constantemente, tanto fuera como dentro y el problema es que lo vivimos como si eso, fuera algo raro o poco frecuente.

En los momentos de desánimo, a veces no nos acordamos que pronto amainará la tempestad y cuando el cielo interior luce radiante, creemos que será para siempre. Saber que todo transcurre entre nubes y claros es un gran aprendizaje.

La mujer ya se sentía mucho más reconfortada después de escuchar a su madre y sus sabios consejos y la madre percibía el cambio de humor desde el otro lado del teléfono. Dime: ¿Cómo estás ahora?

¡Mucho mejor mamá, gracias! Me alegro hija.

Dime mamá: ¿Y tú, cómo estás? Pues igual que tú hija, pasando la vida entre nubes y claros pero siempre feliz de poder seguir experimentando los cambios de estación, los de fuera y los dentro”.

Descubre la magia de los sentidos sutiles

Descubre la magia de los sentidos sutiles

Sentidos sutiles. No es lo mismo mirar que ver, escuchar que oír o tocar que sentir.

Estamos rodeados de energía vibrante y es posible acceder a ese lenguaje invisible para los ojos pero tan familiar para los sentidos sutiles.

Para conseguirlo no hay trucos ni varitas mágicas, hay que tener ganas de apagar el ruido y conectar con tu interior y una vez que estás inmerso en esa quietud, tus sentidos se amplifican, se afinan y conectan con todo el entorno.

Tienes que estar en disposición de no esperar nada en concreto, de no querer ir en busca de ningún resultado sino de abrirte a captar aquello que está interactuando contigo aunque todavía no te has dado cuenta que está ahí.

Aunque te encuentres paseando por la ciudad y el claxon de los coches, las voces de las personas, el frenazo de un autobús o la sirena de un coche de policía te altere o sea demasiado ruido para ti, si entras en el espacio de la calma, aún en un ambiente así de alterado, tus sentidos sutiles despertarán.

Te sorprenderá cómo consigues captar la risa de un niño que se encuentra a varios metros de ti, verás que tus ojos pasan por encima del gentío y captan la sonrisa de una persona lejana o se centran en un gesto amable que alguien acaba de hacer.

Al margen del olor a gasolina de los coches o del humo de los tubos de escape te maravilla descubrir que tu olfato se embriaga del dulce aroma que desprende el ramo de flores que lleva en sus manos la persona que camina por la acera de enfrente.

Puede ocurrirte también que tus manos de pronto sientan el suave tacto del abrigo de lana que lleva puesto la señora que camina varios pasos delante de ti o que sin saber por qué, tú también empiezas a tararear la misma canción que está cantando un joven que acaba de cruzar la calle.

No es magia, es el resultado de haber despertado los sentidos sutiles, es el producto de practicar la calma y la quietud estés donde estés, de abrir tu corazón y de abrirte a todo lo que hay a tu alrededor.

¿Cuántas veces te centras en el árbol y no ves el bosque? ¿Cuántas veces te ofuscas por la cantidad de estímulos que hay en la ciudad? Lo más fácil es sentarte en silencio en tu casa y esperar a que ocurra el milagro.

El reto está ahí afuera porque si consigues mantener la calma y la quietud en medio del caos, es que entonces, nada podrá irritarte, apenarte ni descentrarte.

No es lo mismo escuchar la lluvia que oír el sonido de una sola gota sobre el tejado. No es lo mismo ver el paisaje que ver cómo crece una brizna de hierba. No es lo mismo pasar por una pastelería y oler a dulces que detectar solo el aroma de la vainilla que han usado para preparar los pasteles. No es lo mismo, ¿verdad?

Esa es la diferencia cuando despiertas tus sentidos sutiles, eres capaz de elevarte con tus sentidos sobre el conjunto de estímulos y del ruido ambiente para captar la esencia que hay a tu alrededor.

Despierta tus sentidos sutiles

¿Cómo conseguirlo? Con práctica, practicando la calma, la quietud y abriéndote a descubrir nuevas sensaciones que te conectan con lo más sutil y esencial que hay a tu alrededor. Para empezar, enfoca toda tu atención en un sentido a la vez.

Verás que con el tiempo tu percepción de volverá más fina y sensible y ya no será necesario que lo hagas intencionadamente sino que serás capaz de entrar en sintonía de forma natural.

Un buen lugar para comenzar con la práctica es en la naturaleza. Escucha el sonido que emiten los animales que hay ahí, toca la hierba, un árbol o el musgo. Escucha el sonido del agua que baja por el río o el de las hojas de los árboles cuando las mueve el viento.

Otro lugar que puede ayudarte a desarrollar tus sentidos sutiles es la playa. Además de muy relajante te ayudará seguir el vaivén de las olas, escuchar los diferentes sonidos del mar, observar a las personas y ver hacia dónde se dirige tu mirada y también seguir el vuelo de alguna gaviota.

Las prisas no son buenas a si que ten paciencia pero si practicas, estoy convencida que pronto empezarás a percibir el mundo de una forma más amplia y tus sentidos sutiles se volverán agudos a la vez que sensibles.

Nada es tan personal como tú crees

Nada es tan personal como tú crees

Nada es tan personal como tú crees así que, deja de tomártelo todo tan en serio porque en realidad, nadie está contra ti.

Hay 10 principios que son necesarios que comprendas y así  puedas empezar a ponerlos en práctica en tu camino hacia el bienestar.

 Nada es tan personal

No hay ningún destino, solo el momento presente

Sólo hay esto: la escena presente de la película de tu vida. Sal de la historia del pasado y del posible futuro, de la culpa y de la anticipación, relaja las expectativas y la atención que pones en “lo que se ha ido” y “en lo que aún no ha llegado”.

Siéntete curiosa por las sensaciones, sentimientos e impulsos que están ocurriendo justo en este momento en el que estás.

Recuerda que el ahora es el único lugar desde donde las verdaderas respuestas a tus preguntas pueden surgir.

Muchos pensamientos generan sufrimiento

El dolor no es el problema, el problema es lo que tú piensas acerca del dolor. El dolor es incómodo pero, de esa incomodidad surge tu necesidad necesidad de salir de ahí.

El problema casi siempre empieza cuando te quedas “rumiando” tu dolor, tu tristeza, tus miedos o tu ira.

Cuando le das mil vueltas en tu cabeza a las situaciones del pasado en lugar de explorar y experimentar los momentos y las situaciones tal como van apareciendo.

Sigues añadiendo capas innecesarias de pensamientos extraños y así vas poniendo resistencia y esto, te  genera sufrimiento. ¿La invitación? Sal del pasado y deja el futuro en paz.

Ni los pensamientos ni las emociones son personales

Vives los pensamientos y las emociones como eventos que surgen sin ton ni son. Al igual que los sonidos que escuchas, tus pensamientos y emociones también surgen y desaparecen de forma espontánea, no siempre están.

Recíbelos con una actitud amable y curiosa. Míralos como si fueran tus propios invitados porque eso es lo que son, invitados que llegan y se van.

Reconoce que tú les has invitado

Los pensamientos y las emociones no son tú. Solo son sugerencias, posibilidades, juicios, imágenes, recuerdos o proyecciones, nada es tan personal como para tomártelos tan en serio.

No quieras silenciarlos o detenerlos, no busques deshacerte de ellos, ni eliminarlos ni controlarlos. Sé el espacio para ellos, ¡Incluso si están demasiado activos en este momento y reconoce que tú, los has invitado!

Recuerda que si eres consciente de tus pensamientos, si te haces plenamente consciente de sus movimientos, no te volverás  a ver atrapado en ellos. Ellos no te definen.

Si te sientes mal, respira

Respira en el centro y en el corazón de tus emociones. Observa en lugar de cerrarte a ellas y negarlas.

En cada inhalación imagina o siente tu aliento moviéndose a través de todo tu cuerpo.

Llena de dulzura esa zona de tu cuerpo que se siente incómoda. Ella solo quiere que la tengas en cuenta y que sepas que no está en tu contra. ¡Nada es tan personal, recuérdalo!

La aceptación no busca “hacer”

Aceptar no significa que algo desagradable vaya a desaparecer de forma mágica. No te fuerces a aceptar porque eso normalmente, es resistencia disfrazada, más bien reconoce que “eso”, sea lo que sea, en este momento, es así.

Permite que la frustración, el aburrimiento, la decepción e incluso la desesperación aparezca. No lo rechaces porque todo ello es parte de una escena de tu vida, no es un obstáculo, solo es una escena que pronto pasará a otra escena mucho mejor. ¡La vida no está contra ti porque nada, nada es tan personal como tú quieres creer.

No existe ni el siempre ni el nunca

Realmente no existe ni el “‘siempre” ni el “nunca”. Hazte consciente de que esas palabras no son reales y pueden crear un sentido de urgencia, necesidad e impotencia en ti.

En realidad alimentan el ansia de la búsqueda eterna y de la escasez. Sólo hay un ahora y ese es tu único lugar de poder. A veces incluso pensar u organizar el mañana resulta complejo. Sé aquí y ahora y estarás en paz.

Llegarás “allá” a través del aquí

Muchas veces te enfocas tanto en la meta que te olvidas del viaje y te desconectas de cada precioso paso que estás dando y así, generas más estrés.

Confía en el simple hecho de que estar presente te llevará hacia donde tienes que estar. A menudo no sabes hacia dónde ir  y eso no es tan malo, es parte del aprendizaje.

Hazte amiga/o de la incertidumbre, de la duda y aprende a respetar este lugar sagrado en el que estás ahora sin buscar tantas respuestas. Estás viva/o y estás llena/o de potencial. ¡Confía porque nada es tan personal como tú creías!

Abraza tus tropiezos

Si crees que te has perdido en una historia o que te has desconectado, celébralo porque si lo haces significa que te has dado cuenta y puedes hacer cambios.

Darte cuenta te ayuda a volver a conectarte. No te castigues porque te has olvidado de ello durante un tiempo, es mejor que celebres tu capacidad de recordar.

Deja que el camino te haga más confiada y amorosa en lugar de querer ser perfecta.

No te compares

Eres única y tu viaje es absolutamente original y personal. Todos somos diferentes expresiones del mismo océano pero al mismo tiempo, todos somos una expresión única de ese mismo océano. ¡Olas absolutamente únicas y diferentes!

¡No te compares con nadie! No compares este momento con ninguna imagen o idea de cómo pudo o debió de haber sido. El cambio se hace posible cuando dices SÍ al sitio en donde te encuentras ahora, incluso si no es tal como lo habías soñado.

Recuerda: “Nada, nada es tan personal como para tomártelo tan enserio así que empieza a relajarte y a disfrutar del camino, de tu camino, tan único y maravilloso como tú”.

Solo necesitas 17 segundos al día

Solo necesitas 17 segundos al día

17 segundos al día

¡Sólo necesitas 17 segundos al día para hacer cambios positivos!
Esta práctica parece simple y lo es pero además de simple, es efectiva.

La dificultad está en que, no siempre consigues mantener un buen pensamiento  el tiempo necesario para que éste se convierta en hábito.

Si dos o tres veces al día te centras durante 17 segundos en pensamientos puros, nobles y alegres acerca de cualquier tema que necesites resolver, entonces habrás hecho lo necesario para que tu día, vaya a mejor. ¿Por qué 17 segundos?

Un pensamiento alcanza el combustible suficiente cuando centras tu atención durante 17 segundos. Ese pensamiento traerá consigo a otro pensamiento que, por afinidad, será más poderoso que el anterior y, al final de otros 17 segundos (o sea 34 segundos en total), el pensamiento evoluciona hacia algo positivo.

Después de esto, si agregas otros 17 segundos (que harían un total de 51), continúa el proceso evolutivo y natural de pensamientos positivos.

Si finalmente puedes continuar hasta llegar a un total de 68 segundos (en cualquier aspecto de tu vida que desees cambiar), entonces habrás hecho un gran trabajo y ese deseo, está camino a su realización.

¡En realidad, sólo necesitas poco más de 1 minuto al día! La clave es el enfoque positivo puro (energía positiva), sin resistencia y sin que, durante este lapso de 68 segundos, cruce por tu mente ni un pensamiento de carencia o negatividad de ningún tipo.


La mayoría, rara vez finaliza una afirmación sin meter por medio energía contradictoria (pensamientos contrarios a lo que se desea o pensamientos de dudas), a no ser que estén muy entrenadas en meditación.

Así que la mayoría, a excepción de unos pocos, no han experimentado este proceso de 68 segundos puros de energía no contradictoria. 17+17+17+17 = 68 segundos


Si aprendiéramos a utilizar este proceso durante tan sólo 68 segundos cada día, todo lo demás, se volvería irrelevante. ¿Cómo lograr 17 segundos de pensamientos puros? Lograr 17 segundos de consciencia plena en un tema en concreto, es más fácil si lo haces por escrito.
Si vas a hacerlo por escrito, hazlo en forma de carta, como si se lo cuentas a algún amigo, como que eso que estás pensando, ya ha sucedido en la realidad. Entonces describes tus emociones con todo detalle y te sumerges tanto en la descripción que estás sintiendo y disfrutando, como si de verdad lo estuvieras viviendo.

Cuatro veces 17 segundos

Como en todo, se trata de un aprendizaje y fundamentalmente, de practicarlo, de ser constante. Cada día, 68 segundos no representan gran cosa pero, te llevará a adiestrar tu mente, a vaciarla y centrarte sólo en aquello que deseas que se haga realidad. Si no empiezas, nunca llegarás. ¡No es el hábito el que hace al monje, sino la práctica!