Pan de cúrcuma y semillas es una receta aromática, ligera y saludable. Tanto para los amantes del pan como para quienes disfrutan probando nuevos sabores.
Una receta muy fácil de preparar aunque si eres impaciente, quizás llegó el momento de practicar la espera y disfrutar de la recompensa y del valor de la comida lenta y hecha con mimo.
Si la espera no es lo tuyo, puedes reemplazar el trigo sarraceno en grano por la harina o usar otra que a ti te guste más, incluso hacer un mix con diferentes tipos harinas.
Si eliges preparar el pan de cúrcuma con harina de trigo sarraceno en vez de usar el grano, el resultado será un pan con un sabor más ligero y de consistencia menos húmeda.
Como siempre te doy la receta base y a partir de ahí échale imaginación y se muy creativa, es algo que siempre recomiendo, nadie mejor que tú sabe qué sabores te gustan más.
Este pan de cúrcuma preparado con granos de trigo sarraceno no tiene gluten ni lácteos pero si tiene mucho sabor y color, una textura más ligera que los panes alemanes o nórdicos y se conserva muy bien durante varios días. También puedes congelarlo.
Es de esas recetas sencillas que puedes preparar con los peques de la casa y el resultado siempre sale bien, hasta los menos “cocinillas” pensarán: ¿Cómo no lo he hecho antes? Esta es una versión más completa del famoso pan de trigo sarraceno germinado que publiqué hace tiempo, una de las recetas favoritas de los lectores del blog.
Pan de cúrcuma
Ingredientes
- 1 y 1/2 taza de granos de trigo sarraceno
- 1 taza de gua templada (orientativo)
- Pizca de sal y de pimienta
- 1 cucharada de Cúrcuma en polvo
- 1/2 taza de semillas de calabaza y de girasol
- Copos de avena
Lava muy bien el trigo sarraceno en grano y déjalo en remojo durante 4 horas mínimo. Luego escúrrelo y sin aclarar, lo pones en el vaso de la licuadora junto con la sal, la pimienta, la cúrcuma y el agua. Prueba con media taza de agua y añade más si es necesario, hasta que la masa quede cremosa pero, no líquida.
Triturar muy bien y colocarlo en un recipiente de cristal (no usar recipientes de metal). Tápalo con un paño de cocina y déjalo que fermente durante 6 horas mínimo en un sitio cálido pero que no le dé la luz directa.
Pasado ese tiempo, verás que la mezcla ha subido y se han formado unas burbujas diminutas de aire. Si la preparación todavía no ha fermentado, déjalo tapado unas horas más.
En mi caso, suelo preparar la mezcla de la masa por la noche y al día siguiente, simplemente tengo que hornearlo.
Así me aseguro que la masa ha tenido el tiempo suficiente para fermentar. Mientras la masa fermenta, deja en remojo con agua las semillas de calabaza y de girasol.
Antes de hornearlo, escurre el agua de las semillas y mézclalas a la masa del pan de cúrcuma. Pincela el interior de un molde rectangular tipo pan de molde con un poco de AOVE (aceite de oliva virgen extra) y espolvorea unos copos de avena sin gluten por la superficie del molde.
Vierte la mezcla en el molde, espolvorea un poco más de copos de avena por la superficie del pan de cúrcuma y con el horno pre calentado, hornea a 200ºC durante al menos 45 minutos. Dependerá de la potencia de cada horno.
Cuando la superficie tenga un color dorado suave y compruebes con un palillo de madera que sale seco, ya puedes retirarlo del horno, desmoldar y dejar enfriar sobre un rejilla para que ventile bien por debajo del pan.
Se puede hacer maravillas con muy pocos ingredientes y este pan de cúrcuma, es una de ellas. Nutritivo, saludable, aromático y con un color que alegra la vista. Hasta 5 días se conserva muy bien y si quieres, también puedes congelarlo. Dicen que las penas, con pan se quitan… ¡A ver si es verdad! Descubre más recetas saludables y naturales en este enlace.
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