Crea tu realidad pero antes, cambia aquello que te paraliza.
¿Qué te gustaría vivir en tu vida? ¿Hay algo que te gustaría mejorar? ¿Qué es lo que te preocupa en este momento? ¿Qué situación te produce un mayor desgaste de energía?
Si hubiese algo que pudieses hacer para cambiar tu situación actual, ¿Qué sería? No te preocupes si los deseos te desbordan. De momento escoge uno y sigue avanzando.
Una vez que te has hecho una imagen mental de tu deseo, el siguiente paso es traducir esa imagen en palabras.
Las palabras son pensamientos expresados y lo que te pido ahora es que formules tu deseo.
Existe una fórmula concreta para formular los deseos y esta incluye:
1º. El deseo tiene que estar expresado en tiempo presente tal y como te gustaría que fuese realidad.
El Universo no puede hacer otra cosa que reproducir la manifestación directa de tus pensamientos.
Si piensas en términos de “me gustaría” todos tus recursos internos reafirmarán el concepto de “me gustaría” y no el de “tengo” o “soy”.
Si te concentras en el “tengo”, “soy”, “estoy haciendo”, tus recursos internos encuentran la manera de que se haga realidad. ¡Crea tu realidad!
Así que en lugar de “quiero tener más tiempo para disfrutar de mi familia”, directamente di: “tengo mucho tiempo libre para disfrutar de mi familia”. En lugar de “quiero sentirme satisfecha en mi vida”, di “me siento satisfecha en mi vida”.
2º. Es importante también que el deseo esté formulado en positivo.
Céntrate en lo que quieres conseguir o materializar en lugar de centrarte en lo que quieres evitar o no quieres tener.
El pensamiento es creador, crea tus deseos y si te centras en lo que no quieres solo harás que eso persista en tu vida. La atención aumenta la energía.
Cualquier tema al que le pongas foco crecerá con más fuerza en tu vida. Cualquier tema al que dejes de prestar atención, se marchitará, se secará y desaparecerá.
3º. Al formular tu deseo puede que te encuentres con alguna resistencia interna.
Si es así observa si se trata de algo que realmente quieres en tu vida o es algo que surge de tus exigencias de “debo tener o tengo que”.
Para que el proceso de creación funcione, es necesario que el deseo sea algo que realmente quieres ver hecho realidad en tu vida.
4º. Recuerda que se trata de tu proceso de creación y por lo tanto, tiene que ser algo que depende de ti crearlo.
Aquellos deseos que implican un cambio de actitud en otras personas, están condenados al fracaso. ¿Qué estás dispuesta a hacer para que esa nueva realidad se muestre en tu vida? Crea tu realidad, no la realidad de otros.
¿Qué estás dispuesta a dejar de hacer o cambiar para que se cumpla tu deseo?
Una vez tengas claro cuál es tu deseo y te hayas creado una imagen mental del mismo, el siguiente paso es añadirle emoción.
Si el deseo no te motiva, no te mueve a la acción, difícilmente lo consigas. Una forma de añadirle emoción es a través de la visualización.
Visualiza tu nueva realidad y visualízate a ti misma viviendo esa nueva realidad, esa nueva experiencia. Vívela con los cinco sentidos. ¡Crea tu realidad!
Crea tu realidad
Cuanta más emoción y vivencia le pongas, más energía añadirás y será mucho más fácil que atraigas eso que deseas. Si quieres cambiar algo en tu vida, no te limites a desearlo. ¡Créalo! Crea tu realidad ahora.
Por supuesto que para crear tu realidad tienes que darte permiso para soñar y desear.
A veces, mantenemos creencias que nos impiden ser lo que somos, desear lo que deseamos o hacer cambios para vivir la vida que queremos vivir. Hay que enterrar esos contratos antiguos y empezar a diseñar nuestra realidad y confiar en tus capacidades para crear tu realidad.
No hay alivio más grande que empezar a ser lo que se es. No estás en el mundo para realizar los sueños de tus padres, sino los tuyos propios. ¡Crea tu realidad!
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