Los rituales de la creatividad o los rituales de conexión siempre han existido.
Quizá estés pensando en rituales complejos o con muchos elementos en un altar pero verás que no siempre es necesario recurrir a este tipo de rituales.
Existen los rituales de belleza, los rituales de bienestar o los rituales de la vida healthy y en este caso te cuento algunos de los rituales que ponían en práctica personas que han sido consideradas verdaderos genios en su especialidad.
Si lo que te viene a la cabeza son los rituales de hacer ofrendas o recitar alguna plegaria, este no es el caso. Se trata de pequeños rituales que estarían más cerca de repetir algún acto cotidiano que te acerque a estar en conexión con tus musas.
Musas que te ayudan a conectar con tu creatividad y a desplegar las mejores ideas o inspiraciones para hacer aquello que mejor se te da hacer a ti.
Las mentes más creativas tienen algo en común: siguen cada día un ritual.
Pero no me refiero solo a cepillarse los dientes por las mañanas. Se trata de algo diferente.
Algunos de estos rituales son muy simples pero efectivos, otros son peculiares y algunos son realmente muy curiosos. Los rituales de los genios a veces, resultan geniales.
Empecemos con Beethoven.
El famoso compositor no podía crear sus obras musicales sin tener un gran lavamanos cerca.
Dejaba caer el agua sobre sus manos llenando una jarra una y otra vez hasta que se encontraba totalmente abstraído y así, la inspiración fluía y podía empezar a componer.
Pero parece que también mantenía el agua corriendo en su interior ya que consumía unas 50 tazas de té al día. Los rituales de los genios son así, muy peculiares.
Benjamin Franklin también tenía algunas costumbres curiosas. Tomar baños de agua fría, casi helada, era la última moda en salud y bienestar en su época.
Pero a él eso no le debía parecer suficiente porque además, prefería darse baños de aire frío. ¿Cómo? Pues simplemente se pasaba las mañanas trabajando desnudo. Los rituales de algunas personas a veces son incomprensibles pero, a ellos les funciona.
Sin embargo Winston Churchill era algo menos excéntrico. Aunque se despertaba a las 7.30 hs. se pasaba media mañana trabajando en la cama, hasta las 11 hs.
En la cama, se tomaba su tiempo para desayunar, leer los periódicos y revisar la agenda con su secretaria. Después, se daba un baño, un paseo y luego se ponía a trabajar.
Más tarde, se preparaba para el almuerzo que duraba 2 horas y media. Un hombre sin prisas. A las 17 dormía una buena siesta de una hora y volvía a darse un baño. ¡Seguro que el estrés no le afectaba con la práctica de los rituales de tomárselo todo con calma!
Pero para costumbres peculiares, los de la escritora Gertrude Stein. Solo podía crear sus poemas escribiendo en recortes de papel sentada en un coche aparcado. ¡Va a ser verdad que la inspiración llega en cualquier lado!
Oprah Winfrey también se apunta a los rituales de tomar baños relajantes cada día. Sin ellos dice que las musas no consiguen visitarle.
El diseñador Marc Jacobs cuando necesita invocar toda su creatividad e inspiración, suele vestir un kilt, una falda típica escocesa. Sin ella, no hay inspiración posible.
A pesar de que todos los rituales de estos genios son bastantes curiosos, lo que hacen y cómo lo hacen es en realidad, lo que menos importa.
Los rituales de la creatividad
No importa lo que hagas, lo importante siempre es con qué finalidad lo haces. Lo que realmente hace que los rituales de la creatividad y la inspiración funcionen, es la constancia.
Lo que tienen en común las personas motivadas y creativas es que siempre se toman un tiempo para sí mismos de forma regular, lo que llamamos “espacios para desconectar”.
Lo podríamos llamar “pequeños tips” que te recuerdan una manera de vivir más consciente para centrarte en el presente. ¡Pero cuidado!
Si por alguna razón no pudieras practicar tu ritual diario, que eso no te cree tensión ni malestar porque de ser así, estarías creyendo que sin los rituales de cada día, no eres creativo. ¡Mentira!
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