El ser humano en evolución, cada tanto, revisa y observa sus capacidades, sus emociones, sus relaciones y sus avances.
Sanar y mejorar tu capacidad de dar y recibir es parte de un ser humano en evolución.
Cada tanto observa en qué situaciones o aspectos de tu vida sientes que no estás avanzando, dónde sientes que es necesario hacer una revisión: en las relaciones, en tus necesidades, en tu autoestima, en tu aspecto más creativo o en el laboral.
Seguramente habrá comportamientos, situaciones o personas que sentirás que es necesario soltar pero, no las vivas como una pérdida sino como parte de aligerar tu equipaje para seguir avanzando más ligera/o y con más energía.
El ser humano en evolución también se encuentra con momentos que aparentan ser rígidos, siente que tiene que atravesar un muro que parece impenetrable pero esa dureza y esa severidad no están fuera, están en tu interior.
Si en algún momento observas ese estado dentro de ti o en alguna relación, sólo observa de dónde viene. No juzgues ni culpes a la otra persona porque como humanos en evolución, todos estamos aprendiendo grandes lecciones cada día.
Las personas suelen “mirarse el ombligo” y reclamar aquello que necesitan pero: ¿Qué puedes reclamarle a tu pareja, a tus padres, a tus hijos o a tus amigos?
Quizá ellos también están sintiendo el mismo nivel de carencia afectiva que tú estás reclamando. El amor no viene de afuera, está dentro de cada persona.
El desamor es el origen de la mayoría de las emociones mal encausadas. Existe un sentimiento muy antiguo y muy profundo de separación, de abandono y de pérdida que todo ser humano experimenta en algún momento de su vida.
Preguntarte cada tanto cómo sientes y cómo expresas tu capacidad de amar es parte del aprendizaje de un ser humano en evolución, en constante evolución, más allá de si tienes pareja, hijos o amigos.
La pregunta es: ¿Cuál es actualmente tu capacidad para amarte, para aceptarte, para dar y recibir amor?
¿Qué aportas en las relaciones? ¿Eres de criticar, juzgar o desvalorizar a otras personas? ¿Ayudas a mejorar la confianza para que las personas abran su corazón en vez de cerrarlo?
Obsérvate cuando pides amor, ¿Quién lo pide? ¿El niño herido, la pareja insatisfecha o el adulto que se sigue sintiendo abandonado?
Estas preguntas te harán ver de forma clara cuánto has evolucionado en los últimos años y serán el faro que iluminarán tus zonas internas donde todavía es necesario que lleves más amor y aceptación.
Hay preguntas que incomodan pero son necesarias para el hombre en evolución. Seguir mirando hacia otro lado no ayuda a avanzar, la sanación siempre comienza en tu interior.
El ser humano en evolución
Evolucionar hacia emociones más maduras es posible y se trata de un ejercicio diario y constante pero siempre, de forma amorosa.
El proceso es ver la realidad tal como es, sin mentiras y sin edulcorar lo que sientes. Cada uno necesita encontrar la comprensión para poder tener mayor claridad en su vida.
Una reflexión auténtica, serena y amorosa hará que llegue a ti la paz que tanto anhelas.
Si reclamas amor, ternura y belleza empieza por observar cómo te hablas, con cuánto amor, ternura y belleza lo haces. ¡Todo empieza en ti! El ser humano en evolución no deja en manos de otras personas su felicidad.
Lo más importante es aprender a nutrirte a ti misma/o, dejar de lado las novelitas románticas que te han contado que algún día, llegará esa persona que te amará como tú deseas ser amada/o. Es el momento de hacerte responsable de tu vida emocional.
Mira hacia adentro para empezar a sanar tus heridas y así permitir que se exprese tu gran capacidad de amor.
El ser humano en evolución, siempre contribuye a la sanación de todos los corazones que todavía, se sienten heridos, comenzando por el suyo.
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