Si cada especie se materializa con el fin de experimentar diferentes perspectivas sobre la vida, los llamados “animales de compañía” como los perros o los gatos por ejemplo, muchos de ellos, encarnan para vivir la experiencia de compartir con los seres humanos.
Están aquí para aportar experiencias enriquecedoras a los humanos y para experimentar la unión y un camino en común entre nuestra especie y la suya.
La razón por la cual es tan fácil amar a los animales en general y a los llamados animales de compañía en particular es que de forma natural, todos ellos están alineados con ellos mismos, excepto en el caso de algunos animales que han sido muy influenciados y controlados por los seres humanos, que les han maltratado o viven con miedo y se alinean con la voluntad de ese ser humano, olvidándose de sí mismos.
Lo que habitualmente llamamos “instinto” es el resultado de estar alineados con ellos mismos y con el conjunto de su especie.
Están muy centrados y alineados con lo que realmente son, con lo que sienten y necesitan en cada momento.
La mayoría de los animales de compañía si son tratados con amor y respeto estarán en coherencia con lo que experimentan, sienten y perciben en el ambiente en el que viven.
No tienen la necesidad de buscar el reconocimiento o el amor fuera, como es el caso de los seres humanos, sin embargo verás que los animales de compañía, ofrecen amor y cuidan del grupo familiar sin que se lo hayas pedido ni enseñado.
Al ser humano le cuesta mucho estar alineado y poder escuchar sus emociones, le cuesta ser tal como es, no se reconoce ni como individuo ni como especie grupal y eso hace que en su vida, encuentre dificultades para amar a otros y para preguntarse de dónde viene su incapacidad de amar y su insatisfacción.
Los animales de compañía saben amar
No solo saben amar los animales de compañía, todo el reino animal sabe hacerlo, cada uno con sus particularidades.
Ellos nos enseñan el amor incondicional, ese amor que dan sin esperar nada a cambio, no sienten la necesidad de hacer algo buscando la aprobación o de ser diferentes a lo que saben que son.
Un animal de compañía ni ningún animal pensará: “Me gustaría que este ser humano con el que vivo fuera más joven, fuera más inteligente o se dedicara a otra profesión” , “ Me gustaría vivir en otro país, viajar mucho y tener muchos amigos que me quieran”.
Todos los animales y mucho más los llamados animales de compañía siempre están en perfecto acuerdo con lo que son y lo que es en cada momento.
Hay quienes dicen que esta es una prueba de que no son inteligentes ni tienen emociones pero es que, la mayor lección espiritual que ellos nos enseñan, es la capacidad de aceptar quién eres, cómo eres y vivir en el presente y de eso, los animales saben mucho.
Entonces, ¿Quién está más alineado y es más espiritual, los humanos o los animales? Los animales. Ellos no se preocupan por el futuro, confían en sus capacidades, incluso muchas veces estando en condiciones peores a las de los humanos.
En cambio el ser humano rara vez está en el presente, vive la mayor parte del tiempo en estado de carencia, de estrés, de miedo, de frustración y a menudo, vuelca en el exterior una catarata de emociones que dañan a los otros.
¿Quiénes son más avanzados? ¿De quién es necesario que aprender? Un animal en estado salvaje o un animal de compañía no se mira al espejo y dice: “Que feo soy, que nariz tengo, el color de mi pelo no me gusta, podría ser más fuerte, más listo o más rápido”.
Los animales no se comparan ni con otros de su especie ni con otras especies diferentes. Un gato no se pregunta por qué tiene que lavarse cada día si los perros no lo hacen y no se pasa horas preguntándose si la vida es injusta con él.
Sin embargo los humanos se pasan la mayor parte de sus vidas comparándose, comparándose con el vecino, con otras razas, con personas de otros países, amargándose por dentro por no aceptarse, por no amarse porque no consigue ver y comprender el “Gran Plan” que hay detrás de todo lo que existe.
Los animales de compañía y todo el reino animal simplemente viven su vida tal como es y siempre son la mejor versión de sí mismos. Saben usar sus talentos, esos que los diferencian de otras especies y no añoran ser lo que no son.
La gran mayoría de los animales de compañía han encarnado para ayudar a los seres humanos a liberarse del sentimiento de soledad, de separación y de insatisfacción pero sobre todo, para enseñarles y mostrarles que el amor hacia uno mismo y hacia los demás, el amor incondicional sí existe.
Ellos te muestran cada día lo que significa fluir, confiar en la vida y en las propias capacidades, en las cada uno tiene.
Te imaginas a los animales preguntándose: ¿Qué pasará si un día no me quieren, si quieren a otro animal o ya no quieren vivir conmigo?
Ellos simplemente disfrutan de las caricias y del amor, lo reciben con felicidad pero sin la necesidad de que se haga de tal o cual manera según les convenga mejor, algo que los seres humanos sí suelen hacer.
Los animales de compañía y los humanos
La mayoría de las uniones entre animales y humanos dicen que son acuerdos hechos por ambas partes antes de reencarnar. A veces puedes tener la necesidad tan abrumadora de sentir que quieres compartir la vida con un animal de compañía y el vínculo puede ser tan fuerte que te preguntes: ¿Qué tiene de particular este perro o este gato que no tenga otro?
Siempre encontrarás al compañero animal que necesitas para experimentar y desarrollar aquello que es bueno para ti y para tu aprendizaje.
A menudo muchos animales de compañía son capaces de transmutar las emociones negativas de la persona o del grupo familiar para aliviarles, incluso pueden llegar a transmutar algunas enfermedades.
En el caso de los gatos, ellos emiten una vibración muy alta, igual que los delfines, las ballenas y los elefantes y lo hacen especialmente cuando ronronean.
Los perros en cambio, son maestros en el arte de dar sin esperar nada a cambio y en mostrarnos lo que significa la alegría. Cada animal y cada especie tienen sus características pero todos ellos, son una fuente inmensa de aprendizaje para los seres humanos.
Constantemente emiten su alta vibración y la expanden para equilibrar la negatividad que los seres humanos vuelcan sobre esta Tierra.
Dicen que: “Cada Alma que se eleva, eleva al mundo” y esto es lo que hacen con mucho amor los animales de compañía y todos cada día, ayudarnos a elevar nuestra vibración que a su vez, se sumará a la fuerza positiva de este planeta.
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