Pema Chondron es una de las primeras monjas budistas de Occidente y antes de practicar el budismo, su vida no había sido fácil y ella dice que la primera causa de ese sufrimiento era “el poner resistencia”.
Poner resistencia a lo que sentía, a las situaciones que vivía e incluso a su enfermedad. Poner resistencia a diario, le pasó factura.
Una vez superado el deseo de poner resistencia, su sufrimiento se transformó en bellas enseñanzas. Dice que su constante empeño en poner resistencia la llevó a vivir cada día como si todo se derrumbara.
Cuenta que hace unos años se sentía abrumada por una profunda ansiedad, una ansiedad casi existencial, muy intensa pero por nada en concreto. Se sentía muy vulnerable y a la vez con mucho miedo.
En sus comienzos con las prácticas budistas, cada día se sentaba, cerraba los ojos y respiraba pero esa sensación permanecía con ella y no conseguía que el miedo se calmara.
Esa sensación continuaba implacable en su interior y al cabo de muchos días ya no sabía qué hacer para encontrar la calma.
Fue a ver a uno de sus maestros y él le dijo: ¡Ah, sí! ¡Conozco muy bien esa sensación Pema! Eso la tranquilizó. El maestro le contó las muchas ocasiones en las que había estado atrapado del mismo modo y sufriendo igual que ella.
Dijo que había sido una parte importante de su viaje y que esa emoción había sido un gran maestro para él. Entonces hizo algo que cambió su forma de practicar la meditación cada día. Su maestro le pidió que describiera lo que estaba experimentando. Le preguntó dónde lo sentía. Le preguntó si le dolía físicamente y si esa sensación era caliente o fría.
También le pidió que describiera la cualidad de esa sensación con la mayor exactitud posible. Esta detallada exploración continuó durante un buen rato y al terminar con las preguntas le dijo: Pema, eso se llama poner resistencia y mientras sigas resistiéndote a la vida, el sufrimiento continuará.
¡Caray, es genial que con una sola palabra ahora sepa exactamente lo que me está pasando! ¡En un momento me sentí totalmente liberada y agradecida!
Desde ese momento me sentaba a practicar llena de entusiasmo porque ahora ya sabía qué hacer para liberarse de ese sufrimiento, ahora observaba lo que estaba sintiendo, dónde lo sentía y así no poner resistencia nunca más.
Ahora sabía que aunque fuera de un modo no verbal, la aversión que sentía hacia mi experiencia personal había sido muy fuerte. Había estado enfocándome en que lo que yo sentía, era algo malo. Básicamente, lo único que quería era que se marchara y me dejara en paz.
Pero cuando mi maestro me dijo: “Puedes transformarlo en un gran aprendizaje de liberación” cambió por completo la forma en que lo veía. Así que eso es lo que aprendí, aprendí a interesarme por mi dolor y mi miedo.
Aprendí a escucharlo, a identificarlo, a localizarlo en una parte de mi cuerpo y a sentir curiosidad por lo que me quería decir.
Dejar de poner resistencia
Pema dice que no le des la espalda a tu sufrimiento porque sino, no podrás salir de ese laberinto. Dice que sientas curiosidad, aunque solo sea por un momento cada día y que experimentes esas sensaciones sin etiquetarlas, más allá de considerarlas buenas o malas. ¡Sin poner resistencia!
Que les des la bienvenida y las invites a que te cuenten lo que te está pasando. Haz lo que necesites hacer para ayudar a ablandar esa resistencia que hay en ti. Entonces, la próxima vez que te desanimes y no puedas soportar la experiencia que estás sintiendo, cambia el modo en que lo vives, observa en qué lugar del cuerpo aparece y cómo te hace sentir.
En lugar de seguir culpando tu incomodidad o tus experiencias de vida a circunstancias externas o a otras personas, puedes elegir estar más presente y despertar a tu propia experiencia vital, no rechazándola, no aferrándote a nada ni a nadie y por supuesto, sin creerte las historias que te cuentas cada día.
El poner resistencia a la vida es la auténtica causa del sufrimiento, del vuestro, del mío y del de todos los seres vivos y en cuanto dejes de poner resistencia, los miedos, las dudas, el desamor y el sufrimiento desaparecerán.
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