Sentidos sutiles. No es lo mismo mirar que ver, escuchar que oír o tocar que sentir.
Estamos rodeados de energía vibrante y es posible acceder a ese lenguaje invisible para los ojos pero tan familiar para los sentidos sutiles.
Para conseguirlo no hay trucos ni varitas mágicas, hay que tener ganas de apagar el ruido y conectar con tu interior y una vez que estás inmerso en esa quietud, tus sentidos se amplifican, se afinan y conectan con todo el entorno.
Tienes que estar en disposición de no esperar nada en concreto, de no querer ir en busca de ningún resultado sino de abrirte a captar aquello que está interactuando contigo aunque todavía no te has dado cuenta que está ahí.
Aunque te encuentres paseando por la ciudad y el claxon de los coches, las voces de las personas, el frenazo de un autobús o la sirena de un coche de policía te altere o sea demasiado ruido para ti, si entras en el espacio de la calma, aún en un ambiente así de alterado, tus sentidos sutiles despertarán.
Te sorprenderá cómo consigues captar la risa de un niño que se encuentra a varios metros de ti, verás que tus ojos pasan por encima del gentío y captan la sonrisa de una persona lejana o se centran en un gesto amable que alguien acaba de hacer.
Al margen del olor a gasolina de los coches o del humo de los tubos de escape te maravilla descubrir que tu olfato se embriaga del dulce aroma que desprende el ramo de flores que lleva en sus manos la persona que camina por la acera de enfrente.
Puede ocurrirte también que tus manos de pronto sientan el suave tacto del abrigo de lana que lleva puesto la señora que camina varios pasos delante de ti o que sin saber por qué, tú también empiezas a tararear la misma canción que está cantando un joven que acaba de cruzar la calle.
No es magia, es el resultado de haber despertado los sentidos sutiles, es el producto de practicar la calma y la quietud estés donde estés, de abrir tu corazón y de abrirte a todo lo que hay a tu alrededor.
¿Cuántas veces te centras en el árbol y no ves el bosque? ¿Cuántas veces te ofuscas por la cantidad de estímulos que hay en la ciudad? Lo más fácil es sentarte en silencio en tu casa y esperar a que ocurra el milagro.
El reto está ahí afuera porque si consigues mantener la calma y la quietud en medio del caos, es que entonces, nada podrá irritarte, apenarte ni descentrarte.
No es lo mismo escuchar la lluvia que oír el sonido de una sola gota sobre el tejado. No es lo mismo ver el paisaje que ver cómo crece una brizna de hierba. No es lo mismo pasar por una pastelería y oler a dulces que detectar solo el aroma de la vainilla que han usado para preparar los pasteles. No es lo mismo, ¿verdad?
Esa es la diferencia cuando despiertas tus sentidos sutiles, eres capaz de elevarte con tus sentidos sobre el conjunto de estímulos y del ruido ambiente para captar la esencia que hay a tu alrededor.
Despierta tus sentidos sutiles
¿Cómo conseguirlo? Con práctica, practicando la calma, la quietud y abriéndote a descubrir nuevas sensaciones que te conectan con lo más sutil y esencial que hay a tu alrededor. Para empezar, enfoca toda tu atención en un sentido a la vez.
Verás que con el tiempo tu percepción de volverá más fina y sensible y ya no será necesario que lo hagas intencionadamente sino que serás capaz de entrar en sintonía de forma natural.
Un buen lugar para comenzar con la práctica es en la naturaleza. Escucha el sonido que emiten los animales que hay ahí, toca la hierba, un árbol o el musgo. Escucha el sonido del agua que baja por el río o el de las hojas de los árboles cuando las mueve el viento.
Otro lugar que puede ayudarte a desarrollar tus sentidos sutiles es la playa. Además de muy relajante te ayudará seguir el vaivén de las olas, escuchar los diferentes sonidos del mar, observar a las personas y ver hacia dónde se dirige tu mirada y también seguir el vuelo de alguna gaviota.
Las prisas no son buenas a si que ten paciencia pero si practicas, estoy convencida que pronto empezarás a percibir el mundo de una forma más amplia y tus sentidos sutiles se volverán agudos a la vez que sensibles.
Deja un comentario