Soltar amarras es una decisión personal, un compromiso contigo que hará que aflore quien realmente eres.
Para eso tienes que dejar atrás lo que no eres, continuar tu camino sin apegos, sin dependencias y sin tanto lastre. Se trata de poder avanzar e igual que un barco que quiere navegar, primero tendrás que soltar amarras si quieres tener una gran travesía.
Por qué soltar amarras
Porque al soltar amarras y dejando ir también liberas esa presión interna que lleva tiempo dentro de ti y esa liberación siempre llega acompañada de un gran alivio y ligereza.
Muchas veces crees que el bienestar afectivo, familiar, económico o laboral te da seguridad y estabilidad pero si se trata de apegos, pueden convertirse en tu prisión y terminan por quitarte tu libertad.
Sabes que no hay apego cuando disfrutas de algo sabiendo que no lo necesitas para ser feliz. Es así como puedes permanecer en ese estado de libertad que tanto anhelas.
Soltar amarras y dejar ir cuando algo ya ha llegado a su fin tiene mucho más poder que seguir aferrándote a ello para que no se vaya de tu vida. Hay que darse cuenta de cuándo soltar lo que ya no tiene razón de ser para ir al encuentro de lo que te está esperando.
Hasta el río necesita vaciarse en el océano para poder seguir llenándose.
Soltar amarras es soltar lastre. Es quitar lo viejo para hacer espacio a lo nuevo. La misma limpieza que cada tanto haces en tu casa también es necesaria hacerla en tu interior.
Es fácil de comprender pero a veces resulta difícil de hacer ¿verdad? Todo es empezar, empezar por aquello a lo que te sientas menos apegado y poco a poco, continuar con lo que te cuesta más, a tu ritmo, con amor y con paciencia.
Por qué te cuesta soltar amarras
Siempre hay algún motivo que dificulta el proceso de soltar amarras para poder ser más auténticos y necesitas descubrir cuál es el tuyo y qué se esconde detrás de la resistencia que pones a soltar. Pueden ser algunos de estos:
- Miedo al cambio
- Perder algo que crees que te proporciona placer
- Un deseo de controlar
- La necesidad de aprobación
- Necesitar el reconocimiento de otras personas
- La necesidad de sentirte segura/0
Empieza por reconocer qué te impide soltar y dejar ir y a veces, aceptar algunas partes menos luminosas, es lo más difícil pero también lo más necesario para continuar tu camino más ligera/o.
Descubrir y aceptar esos apegos inconscientes que la mayoría de las veces negamos pueden ser los que más nos atan.
Cuando eres consciente de tus emociones y consigues verlas de forma neutral, sabiendo que también forman parte de ti como el resentimiento, la culpa, el sufrimiento, el orgullo o el miedo es cuando descubres tu fortaleza interior que te llevará a liberarte de todas esas ataduras.
No es algo que vaya a ocurrir de un día para otro pero empiezas a sentir que algo dentro de ti, ya no es igual, algo ha cambiado y seguirá cambiando.
Cómo soltar amarras
El ego no es imparcial, siempre está dispuesto a hacer lo que sea para salirse con la suya y soltar el control es algo que ni se lo plantea.
Es por eso que la decisión tienes que tomarla tú y de forma consciente. ¿Cómo puedes hacerlo? Manteniéndote firme en tu decisión y pasando a la acción, actuando en consecuencia para alcanzar el objetivo que no es otro que conseguir soltar amarras.
Esta puede ser una buena fórmula para que la tengas presente cada vez que flaquees: intención + acción = evolución. Evolucionar es cambiar y en la acción está el cambio que te lleva a la transformación.
Soltar amarras y aligerar tu equipaje es un ejercicio muy saludable que te llevará a vivir con mayor alegría y en paz contigo misma/o.
Si empiezas creyendo que es muy difícil, así será y serás tú misma/o quien se esté poniendo piedras en el camino. Si estás dispuesta/o a vivir de forma extraordinaria, antes o después, es necesario que empieces a soltar amarras.
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