Robert Emmons, fundador de la revista Positive Psychology, recomienda la práctica de la gratitud después de haber hecho varios estudios sobre el tema y comprobar sus beneficios en las personas.
Así explica cómo se hicieron las prácticas y qué resultados tuvieron las personas al cabo de un tiempo:
“Suponía que la práctica de la gratitud si se hacía de forma regular debía de mejorar las relaciones sociales y personales y entonces, realicé un estudio en base a esta hipótesis.
Pedimos a un grupo de participantes que hicieran la práctica de la gratitud cada día y a otro grupo le pedimos que describieran aquellas situaciones que les irritaban en su vida.
Había un tercer grupo de personas que era el neutral, nos servía como referencia para medir a los otros dos grupos.
Una vez por semana, durante un total de 10 semanas, todos elaboraban una lista con cinco cosas que les habían sucedido durante la semana.
El primer grupo, el que hacía la práctica de la gratitud, se centraba en escribir aquello por lo que se sentían agradecidos, los del segundo grupo escribían cinco cosas por las que se sentían preocupados o descontentos y los del grupo neutral, escribían cinco cosas que les hubieran ocurrido ya sea de forma positiva o negativa.
Estas son algunas de las cosas que los participantes escribieron en las listas de gratitud: “despertar por las mañanas”, “tener motivación”, “escuchar la música de Los Rolling Stones”, “dar gracias porque hoy es un día soleado”.
Mientras que en las listas que expresaban malestar decían cosas como estas: “es muy difícil encontrar aparcamiento”, “la cocina está sucia y nadie quiere limpiarla”, “el dinero se me está acabando muy rápido”.
Aunque pensaba que vería los beneficios de la práctica de la gratitud, no estaba muy seguro del resultado, sin embargo, me sorprendió ver hasta qué punto los resultados fueron tan positivos.
Pasadas las 10 semanas, los participantes que habían llevado un diario de la práctica de la gratitud se sentían más a gusto con sus vidas y mucho más optimistas en cuanto a su futuro, ahora no les preocupaba, todo lo contrario a lo que ocurría con los participantes de los otros dos grupos.
Las cifras decían que ahora eran un 40% más felices que antes de empezar las prácticas. Se sentían más saludables, más optimistas, manifestaron que dormían mucho mejor y que se levantaban con más vitalidad.
Empezaron a hacer actividades que siempre habían dejado pendiente para más adelante. Realmente es un porcentaje muy significativo a tener en cuenta”.
La práctica de la gratitud es una de las prácticas más sanadoras junto con la meditación y si la practicas con regularidad, consigue limpiar en nosotros las zonas oscuras que aún permanecen estancadas.
La práctica de la gratitud no es pensar que todo el mundo es guapo, bueno o simpático, es agradecer lo que nos es dado pero también es poder agradecernos a nosotros mismos que seguimos avanzando, a pesar de algunas dificultades que encontramos en el camino.
La gratitud es tomar conciencia de que todos participamos en una gran aventura que engloba a la tierra y a todas las personas, sin distinción. Es asumir el riesgo inherente a toda gran aventura sin dejar de participar en ella porque somos los protagonistas.
La práctica de la gratitud
Si quieres ser un poco más agradecido contigo y con la vida, es así como puedes empezar con la práctica de la gratitud.
Elije un cuaderno bonito y que sólo lo uses con este fin para escribir regularmente, si es posible cada día. Escribe todo lo que te aporta alegría: un olor, una comida, una sonrisa, el tiempo que hace, lo que alguien ha hecho por ti, una canción… ¿Por qué o por quién sientes gratitud?
Quizá por nadie ni por nada, podrías pensar. Entonces este ejercicio te vendrá estupendamente porque cuando encuentres a ese alguien o ese algo que siempre hay, sabrás que en realidad la vida no es tan dura como tú crees, lo cual reforzará tu potencial de sanar tus antiguas memorias.
¡En cuanto empieces con la práctica, te sorprenderá ver lo rápido que has completado tu bonito cuaderno!
Hay tanto amor y belleza en este mundo y que sin embargo dejamos de percibir, perdidos como estamos en nuestros agobios cotidianos que vamos fabricando y engordando cada día, que ya es hora de hacer una pausa para volver a la esencia de lo que realmente somos. La práctica de la gratitud puede ser un buen comienzo.
Me siento agradecida por haber leído esto hoy, gracias, gracias, gracias
Muchas gracias Mirta, me alegra que este artículo te haya sido útil. Un gran abrazo.