El amor no depende de las relaciones porque no es necesario tener una relación para amar y mucho menos, depender de ella. El amor es un estado.
No tiene nada que ver con nadie más que tú. Uno no se enamora para experimentar el amor, uno ya es amor. La pareja es el resultado de lo que hay en ti, es la consecuencia de lo que sientes, no es el origen del amor.
La primera relación importante que necesitas tener es la que tienes contigo mismo. De esa relación, nacerán otras pero primero, relaciónate contigo. ¿Quién puede ser amor? Evidentemente, si no eres consciente de quién eres, no podrás ser amor. Serás miedo. El miedo es lo contrario al amor.
Recuerda que el odio no es lo contrario del amor, como la gente piensa. Lo contrario del amor es el miedo. Con el amor te expandes, con el miedo te encoges. Con el miedo te cierras, con el amor te abres. Con el miedo dudas, con el amor confías. Con el amor desapareces, se desvanecen las dudas.
Los árboles, los pájaros, las nubes, el sol y las estrellas están dentro de ti, viven en ti. El amor es cuando reconoces tu cielo interno. Los niños no tienen miedo, los niños nacen sin miedo.
Si la sociedad puede ayudarles y apoyarles para que permanezcan sin miedo, si se les ayuda a subirse a los árboles y a las montañas, a nadar en el mar y los ríos, si la sociedad puede ayudarles con todos sus medios a ser aventureros, aventureros de lo desconocido, y puede provocar una búsqueda, en vez de darles creencias muertas que frenan su crecimiento, entonces los niños, se volverán grandes amantes de la vida.
No te vuelvas erudito y no etiquetes las cosas. No busques etiquetarlo todo, catalogarlo todo, clasificarlo y meterlo en una caja.
El amor no depende de nadie
Confía y empezarás a sentir un considerable aumento de energía. Esa energía es amor. Esa energía que bendice a toda la existencia, porque cuando estás en esa energía, eres amor.
Y cuando uno se siente bendecido, ¿qué otra cosa puede hacer sino, bendecir a toda la existencia?
Seamos amor pues sin miedo y con todas nuestras fuerzas. Pero seamos de verdad.
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