Respiración, concentración para luego poder pasar a la acción. Tres pasos que puedes aplicar siempre para alcanzar tus objetivos.
La respiración es fundamental en el ser humano, tanto como una buena alimentación, te mantendrá saludable no solo físicamente sino también a nivel emocional.
Respiración, concentración y acción para mantenerte en armonía, en calma y con la mente clara. Tres pasos básicos que estaría muy bien que nos enseñaran desde pequeños, saber cómo respirar y cómo concentrarte para luego tener claro cómo actuar en cada situación.
Son tres pilares y sin ellos, el ser humano es como una cáscara vacía en la que los pensamientos, las emociones y el entorno están siempre llevándolo de aquí para allá y visto desde fuera, es como una coreografía sin alma.
Una de las claves es la respiración serena y profunda como herramienta para hacer fluir la energía por todo tu organismo y mantener tu cuerpo saludable.
Puede parecer una tontería pero si la practicas diariamente, ganarás en salud, tendrás una mente más clara y podrás tomar las mejores decisiones en cada momento, sin que entren en juego las emociones.
Lo ideal es que respires desde el Tantien, para los hombres está situado en el ombligo y para las mujeres, ese punto energético se sitúa a 4 dedos por debajo del ombligo.
Con este tipo de respiración, al inhalar el aire puro, expandes la energía hacia las 4 extremidades y todos tus órganos internos y al exhalar, la contraes y concentras nuevamente hacia su punto de origen, el Tantien.
Esta forma de respirar, inflando el abdomen en vez de hacer una respiración toráxica (que es mucho más superficial y es la que hacen la mayoría de los occidentales) evita que haya bloqueos de energía provocados por las emociones y te ayuda a que la energía fluya por todo tu organismo.
Prueba a poner la palma de tu mano en el Tantien, inspira profundamente llevando el aire a esa zona, sentirás que tu mano se eleva y puede que notes un poco de calor en la zona.
Aguanta el aire unos segundos, relaja la musculatura y suéltalo. De esta manera la energía fluye por los 5 órganos que almacenan las 5 emociones principales: la ira, la desconfianza, las preocupaciones, la tristeza y el miedo.
Respiración, concentración
Meditar es la mejor forma de conectar la mente con el cuerpo y este es el segundo pilar: la concentración. Es una herramienta para que tu mente esté en paz, para que no se generen bloqueos y que todos tus órganos no almacenen emociones que no son nada saludables.
Meditar y hacer fluir la energía sin que se encuentre con bloqueos por el camino es básico para tener una vida saludable. Es una forma de tener una medicina preventiva a tu alcance.
Puedes meditar de muchas formas diferentes. No hace falta que te pongas la ropa de un monje, te sientes con las piernas en posición de loto, te rodees de incienso ni cierres los ojos.
Puedes encontrar la meditación en una buena charla, escuchando, observando o comiendo. Se trata de focalizar y de llevar tu atención a cada acción que haces por muy pequeña que sea.
Sé consciente de lo que haces y cómo lo haces. Estar presente en todas las acciones del día. Eso es meditar.
Si eres capaz de alargar ese estado de atención de un segundo a dos segundos cada día y así progresivamente, ya estarás meditando. Hazlo cada día.
No sirve de nada estar muchas horas intentándolo, lo más importante es la calidad, no el tiempo que dedicas sin haberlo conseguirlo. No hay nada de sobrenatural, solo es una cuestión de constancia.
Respiración, concentración y acción
Una vez has aprendido a respirar, a hacer que la energía fluya libre por tu cuerpo y a tener una mente sana, serena y lúcida, el siguiente paso es pasar a la acción.
Qué sentido tiene hacer 300 respiraciones o cien horas de meditación si luego no actúas como una persona serena, amorosa, alegre y saludable.
Este mundo es muy estresante y es demasiado fácil perder el norte cuando día tras día esta sociedad parece que te empuja a ir en una dirección contraria a lo que necesitas de verdad.
En el aire se palpa una energía que te incita a la individualidad, la separación, el miedo o la competencia pero, si eres constante y practicas diariamente la respiración, concentración y luego pasar a la acción, nada podrá sacarte de tu centro y de tu paz.
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