¿Te has planteado comprender realmente cómo es el lugar en dónde vives si es que estás viviendo en una ciudad? Te invito a entrar en la naturaleza.
¿Sabías que la planta del pie está diseñada para conectar con la tierra en todo momento y en toda su magnitud? Además la planta del pie refleja el estado de salud de todo tu cuerpo.
Una sola célula de tu cuerpo puede informarle a todo tu organismo cómo está tu estado interno en todo momento y las plantas de tus pies le informan a la tierra cómo estás y qué necesitas para sentirte mejor. Por eso la importancia de entrar en la naturaleza y si es posible, descalzos.
Todo este intercambio de información se hace a través de frecuencias. Cada órgano del cuerpo lleva la información hasta la planta del pie en forma de ondas vibratorias y a su vez, la planta del pie también es receptora de las frecuencias que está emitiendo la tierra.
Si no entras en la naturaleza cada tanto, si vives en la ciudad, es posible que tus pies nunca tomen contacto con la tierra ni entren en la naturaleza entonces, no se produce el intercambio de información que es vital.
La tierra es la encargada de sincronizarte con los ciclos naturales, los de ella y los tuyos pero para que esto sea posible, necesitas estar conectada con ella, entrar en la naturaleza, tranquila y suavemente.
El suelo de las ciudades aisla este intercambio. También existe otro intercambio de infomación que se hace a través de la glándula pineal, una glándula cuya función es muy similar al de una antena que te conecta con la Resonancia Schumann que se encuentra entre la corteza terrestre y la Iionosfera.
Estas ondas de frecuencia marcan los ritmos circadianos, los ciclos sexuales y también los ciclos de crecimiento. Es la frecuencia de la tierra la que le informa a tu cuerpo qué neurotransmisores segregar y cuál es el momento adecuado para hacerlo.
Para que este intercambio sea efectivo necesitas estar conectado a la naturaleza, entrar en la naturaleza para recibir sus frecuencias que harán que te sincronices.
Toda la Tierra es una gran sanadora, una gran portadora de salud y uno de sus propósitos es mantener la vida en la biosfera.
El campo electromagnético que emite y nos llega desde el espacio en las ciudades está muy contaminado y distorsionado debido a las emisiones de las antenas de comunicación inhalámbricas, a las radiofrecuencias y las emisiones de microondas, por eso en las ciudades, el latido sincronizador de la tierra se ve permanentemente alterado y por consecuencia, te altera también a ti.
Entrar en la naturaleza cada vez más
La mayor garantía de salud es una plena conexión con la naturaleza y con los ambientes naturales por eso, siempre que puedas, entra en la naturaleza, acércate a ella e interactúa con su frecuencia.
Este maravilloso planeta de miles de años tiene la sabiduría suficiente como para mantenernos seguros y saludables dentro de su espacio. El cosmos es un lugar impensable para la vida humana sin embargo la tierra, ha sabido desarrollar una atmósfera protectora tanto para ti como para todas las especies que lo habitan.
¿Cómo consiguió hacerlo? Con una clara intención de dar vida y de mantenerla.
Si lo piensas, la tierra constantemente está creando vida. Esa es una de sus funciones principales y lo hace las 24 horas del día, cada día y a cada momento durante milenios.
Pero para poder continuar saludables, necesitamos seguir conectados a ella de todas las formas posibles. Necesitas sincronizarte, armonizarte y limpiarte de distorsiones y para ello, el contacto con la naturaleza es fundamental.
Cómo entrar en la naturaleza
Quítate los zapatos, camina descalza por la hierba, por la playa, por el jardín o por un parque. Entrar en la naturaleza es armonizarte de arriba abajo y en pocos minutos.
Nosotros necesitamos de la tierra y de la naturaleza y la tierra necesita del sol para autorregularse, revitalizarse y mantener sus ciclos. ¡Todo está conectado y todo es un eslabón de una gran cadena!
¿Te has preguntado si te es posible vivir más cerca de la naturaleza y no pasar tanto tiempo en la ciudad? Dicen que las ciudades están destinadas a colapsar en algún momento ya que esa forma de vida no puede sostenerse por mucho más tiempo.
En el caso de que no puedas dejar la ciudad al menos plantéate pasar mucho más tiempo en la naturaleza, respira, toca, huele, pasea, observa, escucha, interactúa con ella. Cada vez más entrar en la naturaleza es armonizarte y recuperar tu centro vital.
Entrar en la naturaleza es volverte más real, tus sentidos se afinan, distingues muchos más aromas, todos tus sentidos se intensifican y tienes mucha más claridad mental.
Las emociones se estabilizan, tus latidos se sintonizan, tus decisiones se vuelven más claras y certeras y todo se relativiza. ¡Es el milagro de entrar en la naturaleza!
Toda esa claridad que aparece al entrar en la naturaleza te das cuenta que ya la tenías pero la distorsión de las ciudades la mantenía oculta, bajo mínimos y no eras capaz de sentirla.
Cuando cesa el ruido aparece el silencio y dentro del silencio están las respuestas y para disfrutar de ese estado plenamente, solo necesitas entrar en la naturaleza un poco cada día.
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