
Un adolescente de 16 años, que pasa la mayor parte del día conectado a internet, me comentó en la consulta: “Algún día, quisiera aprender cómo tener una conversación de verdad.”
Los jóvenes en particular, han pasado de tener conversaciones a tener conexiones, aunque esto no solo ocurre entre la población más joven, cada vez se unen más adultos a las redes sociales.
Cuando tienes unos 3000 “amigos” en distribuidos entre las redes sociales, es evidente que no puedes tener una conversación. Simplemente te conectas para contar algunas cosas acerca de ti mismo y casi todas esas conversaciones electrónicas son con monosílabos, rápidas y llenas de emoticonos, como si responder al comentario de alguien desarrollándolo más, fuera a quitarte tiempo para seguir curioseando por las redes sociales.
En cambio las conversaciones reales, más humanas, cara a cara, mirándose a los ojos, son de una naturaleza muy diferente: se desarrollan más lentamente, tienen muchos matices y ayudan a ejercitar la empatía y la paciencia.
En estas conversaciones cercanas puedes desarrollar un tema y verlo desde otros puntos de vista y esta es una de las condiciones necesarias para desarrollar la empatía y la compasión. ¡En las redes sociales pocas veces ocurre esto!
Nada es bueno ni malo, todo depende cómo se use pero y con las redes sociales ocurre lo mismo. Puede ser una herramienta maravillosa para transmitir mensajes alentadores, positivos y dar a conocer historias maravillosas que muy pocos conocen.
Pero también puede ser un terreno desolador donde algunos vuelcan su malestar y resentimiento, donde sueltan insultos, críticas gratuitas o su descontento con todo lo que se cruza por su camino.
Hoy en día, no son pocas las personas que hablan con máquinas que simulan estar preocupadas por ellas y por su bienestar. Varios institutos de investigación tecnológica han concebido una serie de robots llamados “sociales” con la
intención de servir como acompañantes a personas de la tercera edad.
El robot acompañante más conocido, es una pequeña foca bebe desarrollada por la División de Ingeniería en Sistemas de Inteligencia en Tokio. Muchas residencias de ancianos tienen este robot para hacer compañía a quienes viven ahí.
¿Podría ser que el individualismo que se está viviendo en esta época llamada “avanzada” nos esté llevando a relaciones frías, sin humanidad, carente de sentimientos y a tal nivel de soledad, que uno sólo pueda encontrar
compañía y un sucedáneo al amor en un robot?
¿Se está desarrollando una existencia basada en el ego y en mirarse el ombligo?
Hace un par de años una mujer de Taiwan se casó … “con ella misma”. Se compró un bonito vestido blanco de novia e hizo una gran ceremonia para celebrar que con la cantidad de “amigos” que tiene en las redes sociales, no necesita a nadie a su lado.
¿Queremos ir hacia una vida individual y solitaria? ¿De verdad queremos continuar el camino solos? Pareciera que cada vez esperamos más de la tecnología, de las máquinas y mucho menos del ser humano.
Mira tus redes sociales
Has un repaso a tus redes sociales, observa cómo las usas, para qué las usas y cuántas conversaciones o comentarios positivos haces en ellas. Las redes sociales ¿Te aportan energía o te la quitan? Semillas Solares.
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