El estudio neurolingüístico es una disciplina antigua que estudia cómo funciona el lenguaje y las palabras que usas en tu cerebro y qué influencia tienen en tu mente. ¿Cómo modifica tu vida lo que dices cada día cuando empiezas a hablar bien?
Se amable y será más feliz. Repite “todo está bien” y tendrás muchas más probabilidades de que las cosas vayan muy bien. Mientras sigas repitiendo “esto no va bien” con toda seguridad, no irá bien.
Puede sonar a optimismo barato o cursi, pero está demostrado científicamente que el cerebro atiende y actúa en función del mensaje que le envías, no distingue si el mensaje es real o imaginario. ¡Hablar bien es crear un presente y una realidad más amable!
Pensamientos y palabras están íntimamente unidos. Todo lo que dices influye, modifica y puede llegar a transformar tus pensamientos.
La palabra es la expresión de lo que piensas y más de una vez, habrás sentido que el subconsciente “te delataba” ya que buena parte de lo que dices, acaba siendo lo que de verdad piensas.
Un ejemplo del poder que tiene la palabra sobre el pensamiento es la repetición de los mantras. Una práctica originaria del budismo y que se emplea con diferentes objetivos meditativos.
La repetición de una misma palabra o de una serie de palabras, es un método eficaz para desconectar del parloteo mental, para dejar de ir de un pensamiento a otro sin parar y para relajarse. Puedes relajar tu mente repitiendo solo una palabra, eso sí, que sea bonita y alegre. Hablar bien es enviarle a tu cerebro un mensaje de bienestar. ¡Prueba con la palabra amor, salud o bienestar!
Existen estudios sobre esta técnica donde se ha comprobado que cuando se practica habitualmente, se produce una desactivación del córtex cerebral: repetir constantemente una palabra ayuda a dejar de pensar o al menos, a desconectar de los pensamientos negativos y repetitivos.
Cuando alguien que conoces pasa por una situación difícil, de forma natural le dices palabras amables, positivas y alentadoras pero, si eres tú quien tiene un mal día ¿Qué sueles decirte? Hablar bien, con un mensaje claro y alegre no es solo para que lo escuchen otras personas, es fundamentalmente para ti.
Existe un informe conocido como el Informe monja llevado a cabo por un médico experto en alzhéimer realizado a 678 monjas de las Hermanas de Notre Dame donde se valora el uso de un lenguaje positivo como uno de los factores fundamentales que influyen en la salud cerebral. ¡La recuperación fue asombrosa!
El cerebro tiene la capacidad de automatizar una gran cantidad de información y la mayoría de los pensamientos se generan a través de la repetición de las palabras que te dices. ¿Entiendes la importancia de hablar bien, de hablarte bien en cada momento?
Cuando los pensamientos se convierten en automáticos dejan de ser un acto consciente. El mecanismo de automatizar no usa ningún criterio para reconocer si eso es bueno o no para ti, y algo tan cotidiano como repetir ciertas palabras, puede ser el comienzo de una vida más saludable o todo lo contrario. ¡Hablar bien te aporta bienestar y salud!
Si te repites frecuentemente que eres un desastre, estás sembrando caos en tu vida. Si eres de los que piensan que “todo te sale mal” la vida te está enviando pruebas constantemente para que aprendas a superarlas.
Cuando dices que “todo te sale mal” o “siempre me pasa lo mismo” estaría bien que te plantearas las palabras “todo” y “siempre” porque generalizar se puede convertir en pensamientos automáticos que luego el cerebro los convertirá en realidad y esa será tu forma de percibir la vida, cuando la realidad es que, habrá veces que algo no salga bien, pero no siempre. ¡Hablar bien para enviar el mensaje correcto a tu cerebro es el primer paso para cambiar los pensamientos tóxicos!
Hablar bien y cambiar las palabras que sueles usar por otras más saludables se aprende. Simplemente observa, escúchate y descubre cómo es tu comunicación, usas insultos, si hay más palabras negativas que positivas, si usas un tono alto o hablas con un tono tranquilo y melodioso.
Sé consciente de cómo es tu lenguaje y de los automatismos que has ido generando. ¿Repites frases hechas? ¿Repites palabras que usaban tus padres? Identifica cuáles son esas palabras trampa que van generando malestar en ti y empieza a repetir aquellas palabras que son tus aliadas y te acercan a un mayor bienestar.
Una vez que has identificado las palabras que quieres dejar de repetir, solo tienes que entrenar tu vocabulario y centrarte en hablar bien, repitiendo todas las veces que sean necesarias esas palabras amigables y evitar las que son nocivas.
A hablar bien se aprende
A través de la repetición consigues que tu cerebro haga nuevas conexiones y poco a poco vaya abandonando las antiguas y así, casi sin darte cuenta, estarás generando grandes cambios en tu forma de pensar, sentir y expresarte. ¡Hablar bien es recobrar tu bienestar!
Cada vez que piensas y hablas le estás comunicando a tu organismo, a cada una de tus células cómo estás sintiendo y le das instrucciones para que transporte ese mensaje a cada milímetro de tu cuerpo.
Hablar bien, elegir las palabras más saludables, alegres y amorosas hace que todo tu organismo vibre en armonía. Deja atrás las palabras nocivas y empieza ya a enviar mensajes mucho más amables, a ti y a todas las personas. Semillas Solares.
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