Charlotte Valandrey necesitó de un trasplante de corazón para poder continuar viviendo y eso la llevó a experimentar en primera persona que la memoria celular existe, no es una fantasía.
Agradece la oportunidad de poder seguir experimentando con su cuerpo físico pero, reconoce que no es la misma Charlotte de antes del trasplante.
No somos sólo carne, huesos y líquidos, estamos constituidos por otro tipo de materia mucho más sutil donde cada célula, es una entidad por sí misma y a su vez, forma parte de una gran familia celular que aunque sea separada del conjunto al cual pertenece, continúa manteniendo las memorias de todo lo que ha experimentado, tanto física, como mental y espiritualmente.
Un tema en el que muchas veces he pensado y reflexionado en cuanto a lo que ocurre más allá de lo tangible y evidente cuando se realizan trasplantes de órganos o incluso, en una práctica mucho más habitual: las transfusiones de sangre.
No sólo está ingresando en el cuerpo un liquido o un órgano sino que se están incorporando también todas las memorias celulares del donante, sus experiencias, sus recuerdos y sus emociones. He pensado mucho sobre este tema y esta entrevista, ha hecho que me reafirme en lo que creo al respecto. Semillas Solares.
¿Qué cree que la salvó?
El amor y la autoestima construida gracias al afecto que recibí de mis padres y después de algunos hombres que han desafiado el peligro del sida para estar conmigo.
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