Soltar el miedo o los miedos para poder reencontrarnos. Hace poquito me pidieron escribir un artículo sobre mi mejor consejo de salud.
Tras pasar un 2016 muy movido, sobretodo emocionalmente (aunque físicamente también – por muy loco que suene durante los dos últimos meses he subido en 18 aviones diferentes).
Me paré frente del ordenador, abrí una nueva página en blanco y mis dedos empezaron a fluir sobre el teclado, no siendo casi ni consciente de lo que escribía sino volcando en la pantalla lo que mis tripas sentían en ese momento.
Digo tripas porque considero que hay 3 puntos con diferentes proyecciones de emociones en el cuerpo, porque aunque al final seamos todos una Unidad, identifico estos puntos como el lugar en el que nacen nuestras emociones.
Una sensación nos puede venir de la mente cuando usamos el razonamiento. También nos puede venir del corazón cuando usamos el amor incondicional. Y nos puede venir de las tripas, de lo más adentro y primario de nuestro ser, lo que quizás relacionaría con el instinto animal libre de prejuicios porque no conoce, no razona y no se deja embullar por bellezas o distracciones.
Directo desde las tripas, o como dicen los americanos: “straight from the gut”, esto es lo que salió…
“Considero que la nutrición es uno de los aspectos más importantes a cuidar en la vida. Creo firmemente en que “Somos lo que comemos” así que si queremos sentirnos sanos, fuertes, con frescura y con vitalidad, así deben ser también nuestros alimentos; saludables, en buen estado y, lo menos procesado y lo más natural posible.
Ahora bien, la observación de distintas situaciones que me ha presentado la vida, incluyendo las personas con las que me he cruzado en estos 28 (pero muy movidos) años, me han mostrado que la salud está en la mente.
La actitud con la que afrontamos nuestra existencia es lo que determina nuestro grado de bienestar. Conozco a personas que toman café, comen gluten, siguen consumiendo carne, etc, tienen 60 años en un cuerpo y vitalidad que corresponde al de un muchacho de 25.
A qué tienes miedo
He podido observar, y ver en mi también, que lo que más incomodidad, tristeza y sufrimiento provoca a las personas es el miedo. Miedo a perder, miedo a no llegar, miedo a no ser el mejor, miedo por lo que dirán.
Miedos y más miedos que no dejan fluir, bloquean nuestra creatividad, y entierran nuestra identidad.
Mi consejo, o lo que quiero compartir en este artículo, (la palabra consejo en este caso suena un poco a “verdad absoluta” o persona muy experimentada y de esto estoy muy lejos) está basado en el crecimiento vivido a lo largo de mis dos últimos años, posiblemente en los que más he tenido que luchar y los más tormentosos a nivel personal.
Son estas 3 palabras:
Confiar
En lo que el universo nos depara.
Aceptar
Lo que el camino nos trae y no oponernos ni luchar contra ello.
Agradecer
Porque lo que nos llega es precisamente lo que necesita nuestro ser para crecer y para evolucionar en cada momento.
Soltar el miedo y dejarlo ir
Son tres palabras que han sonado, y siguen sonando, como mantras dentro de mi mente, que me han dado fuerza en momentos que creía no poder levantarme de la cama o ni siquiera atarme los zapatos por tantos bloqueos internos.
Es un proceso largo, en algunas ocasiones doloroso, pero sin duda el mejor regalo que podemos pedirle a los Reyes Magos o a este nuevo año 2017, es seguir aprendiendo a Soltar los Miedos, confiando en que lo que nos tiene que pasar será para bien, y porque nos llegará igual, nos pongamos de cara, de culo o del revés.
Soltar los miedos. Soltar los miedos y aprender a vivir en paz y armonía, dos nuevas palabras que incluyo este año en mi altar. Por muy movida y a 10.000 revoluciones que sea tu vida, que dentro de cada uno de nosotros encontremos paz y armonía para mantenernos en nuestro centro, no abandonar quienes somos, y no darle paso a los miedos.
Esta tranquilidad de la que hablo, la he encontrado con el contentamiento.
Sin miedo
Sí, una palabra que no usamos demasiado pero a la que le podemos dar un gran significado. Estar contento con lo que tienes, pero con lo que tienes dentro, con quien eres, con tus valores y propósito de vida. Cuando sentimos esta tranquilidad, podemos descansar, estamos alineados y conectados con nuestro centro.
Podemos ver que somos un “canal” y que estamos en manos de la Divinidad (hay quien le llamará Dios, otros Shiva, Buddha, el Universo o el Ser Interior). Somos un “vehículo”, Ella, la Divinidad, se encargará de que llegue a ti lo que te pertoca.
No más miedo
Rendirse, ser un “canal abierto” y dejárselo en Sus manos. Quitarnos de encima esta gran responsabilidad que es la incerteza del futuro.
Confiar en que todo está bien y que sí tenemos una función en este mundo, que por mucho que nos cueste definirla, estamos aquí por ella.
Estamos vivos con un fin, que si no fuéramos capaces de alcanzarlo o trabajar hacia él, no se nos hubiera dado esta oportunidad a la que llamamos Vida.
Seamos puros y auténticos, sin miedo. Compararnos con el vecino solo crea ansiedad e infelicidad. Miedos e insatisfacción. Siempre habrá algo más por hacer, siempre hay alguien mejor que tú, que ganará más que tu, que viajará más que tu…
Pero pregúntate, si de verdad conocieras su vida, ¿quisieras estar en sus pies? Todo lo que vemos de los demás desde fuera es la punta del iceberg, lo que brilla porque le da la luz del sol, pero detrás hay una mochila, una otra parte que no se muestra, que no es tan cálida y a que veces incluso ahoga.
Ser libres sin miedo
Nadie conoce bien el esfuerzo o sufrimiento de los demás, ni los sentimientos u emociones de cada persona. Es muy fácil juzgar siendo espectador de las tomas más bonitas y editadas.
La envidia y celos, no son más que una muestra de inseguridad con uno mismo, una muestra del no contentamiento. Así que cuidémonos de nosotros mismos, trabajemos para sentirnos mejor y aprendamos del día a día. Pero hazlo por ti y no por los demás.
Una vez nos desapegamos de estos miedos, podemos ser libres, libres para “reencontrarnos a nosotros mismos” . Y hasta aquí lo que fluyó de mi escritura, entregando mis minutos de redacción a lo superior o a mis tripas.
Realmente es un duro trabajo estar en este estado de “Bliss” o contentamiento, ni mucho menos es algo permanente en mi, pero sí que proyectar mis acciones con esta actitud me hace feliz y me da paz.
Herramientas para soltar el miedo
Con lo que sí estoy muy segura y puedo nombrar con certeza son las 4 herramientas tan poderosas que me ayudan a mantener este enfoque de vida.
-La meditación
-La práctica de Yoga
-El comer limpio
-Rodearme de gente inspiradora y que amo.
¡GRACIAS VIDA POR TODAS LAS LECCIONES Y OPORTUNIDADES! Carla Zaplana
Deja un comentario