Sopa de miso depurativa. Una de las sopas con más tradición en Japón y no sólo por su sabor sino, por sus propiedades depurativas, reconstituyentes y remineralizantes.
En invierno, elegir cenar un cuenco de humeante sopa, es una de las mejores opciones. Calientan el cuerpo, relajan, nos preparan para un buen descanso y sientan fenomenal al estómago.
¿Conoces el miso? Es un alimento probiótico, vivo y lleno de enzimas que ayuda a mantener una buena flora intestinal, purifica la sangre, elimina toxinas, remineraliza y alcaliniza la sangre.
Se trata de una pasta fermentada que puede prepararse con diferentes cereales. El proceso de fermentación oscila entre tres meses y dos años como máximo y su sabor, será más o menos fuerte en función del tiempo de fermentación y de los cereales con los que se ha preparado.
Estas son las variedades que puedes encontrar en las tiendas especializadas:
Hatcho Miso: preparado con soja y de sabor potente
Genmai Miso: elaborado con arroz integral y que tiene un sabor suave
Mugí Miso: está hecho a base de cebada, de sabor muy intenso y su color es más oscuro
Miso Soba: se prepara con trigo sarraceno
Komé Miso: una mezcla de arroz blanco y soja que también tiene un sabor suave
La base de la sopa de miso es el caldo dashi que no es otra cosa que caldo de pescado, en concreto de atún y que en mi caso, simplemente evito este paso y uso agua y un poco de agua de mar. Esta es mi versión “tuneada”de la milenaria sopa de miso japonesa.
Cómo preparar sopa de miso
Tienes que poner en remojo unos trozos de alga wakame deshidratada en 1 litro de agua durante media hora. Luego lo pones al fuego y cuando empieza a hervir, bajas la temperatura. Añades cebolleta cortada en rodajas pequeñas, dejas cocinar 5 minutos y apagas el fuego.
Retiras un poco del caldo y disuelves en él 3 cucharadas soperas de pasta miso. Incorporas el miso a la sopa y espolvoreas con cebollino picado.
Es importante tener en cuenta que el miso es una pasta viva, probiótica, llena de enzimas y propiedades terapéuticas que no debe ser cocinada de lo contrario, pierde sus propiedades. Siempre hay que añadirla una vez termina la cocción y luego de unos minutos de haber apagado el fuego.
Esta es la receta base de la famosa sopa de miso a la que le puedes añadir noodles de arroz o de trigo sarraceno, trozos de tofu suave, setas shitake, champiñones o verduras a tu elección. Según el tipo de miso que elijas, la sopa tendrá diferente sabor y propiedades, incluso puedes hacer diferentes combinaciones.
La sopa de miso es una de mis favoritas en invierno. En Japón la toman prácticamente a diario y ellos la llaman “la sopa medicina”. ¡Por algo será! Descubre más recetas naturales en este enlace.
Hola, preparé la sopa tal como dice la receta, sin agregarle ni el tofu ni nada más y está riquísima. Se me ocurrió preparar bastante y me la llevo al trabajo para beberla durante el día y así dejo de lado el café. Me gustan tus recetas, no son complicadas y están para chuparse los dedos. Gracias corazón por tu blog.
Hola Fernanda. Has tenido una idea muy buena! En mi Facebook publiqué una entrada sobre sustituir el café o el té por otras bebidas más saludables en la que incluía los caldos detox. Me alegra un montón cuando preparáis las recetas y les ponéis vuestro toque personal o las adaptáis a vuestro gusto. De eso se trata. Gracias por tus palabras y tu buena iniciativa. Un abrazo.