Las palabras que usamos frecuentemente pueden modificar nuestras conexiones neuronales, influir en el ADN y cambiar los estados emocionales.
El Dr. Andrew Newberg, un neurocientífico y experto en comunicaciones, escribió el libro “Las palabras pueden cambiar tu mente”.
En el libro dice que: “una sola palabra, tiene el poder de influir en la expresión de los genes que regulan la salud física, mental y emocional”.
Cuando usamos palabras con una carga positiva, como las relacionadas con el amor, la alegría o la paz, cambia rápidamente la forma en que nuestro cerebro funciona, mediante el aumento de endorfinas, pasando por un razonamiento más cognitivo y contribuyendo al fortalecimiento de las áreas de los lóbulos frontales.
Si ejercitamos el uso de más palabras positivas a la hora de expresarnos, estaremos activando los sectores del cerebro relacionados con la motivación, se formarán nuevas conexiones y se estará estimulando el circuito neuronal en general.
Por el contrario, cuando el uso de palabras negativas es frecuente, ciertos neuroquímicos contribuyen a producir más cantidad de estrés y radicales libres, los encargados de oxidar prematuramente las células.
El uso continuado de palabras negativas, aumentan la actividad en el sector del cerebro relacionado con el temor (la amígdala) generando hormonas que nos predisponen a estar en un estado de alerta contínuo y esto, debilita el sistema inmunitario y la capacidad de decisión.
“Las palabras relacionadas con ira o enfado, actúan enviando mensajes de alarma e inhiben parcialmente los centros encargados de usar la lógica y la reflexión que se encuentra en los lóbulos frontales.”
Pero ¿Cómo cambiar los estados de ánimo o la forma de pensar? ¿Qué mensajes transportan las palabras hasta nuestro cerebro?
“Al mantener por más tiempo una palabra positiva en nuestra mente, estamos estimulando la actividad del lóbulo frontal. Esta área del cerebro es muy importante ya que, conecta directamente con la corteza motora responsable de llevar a la práctica y pasar a la acción. Cuanto más nos centramos en el uso de palabras positivas, amables y amorosas, más estaremos estimulando nuevas áreas del cerebro”.
Las funciones del lóbulo parietal pueden modificarse, como la mayoría de las zonas cerebrales y conexiones. Se trata de enviar mensajes que cambien la percepción de sí mismos y de las personas con las que vamos a interactuar. Una visión positiva de nosotros mismos, siempre motivará a ver lo bueno en los otros también, mientras que una imagen o mensaje negativo, desencadena un mensaje de alerta o desconfianza.
Con la práctica y el uso de palabras positivas, las nuevas conexiones neuronales enviarán nuevas respuestas en función de las palabras que hemos incorporado, nuevos pensamientos, emociones más saludables, el estrés irá desapareciendo y las endorfinas irán en aumento y, de esta forma, se irán produciendo cambios en el modo en que percibimos la realidad, una realidad más armónica, menos hostil y más placentera.
La psicología positiva estudia el impacto del uso de palabras más amables y ha constatado que tan solo en tres meses, los niveles de felicidad en las personas, aumenta considerablemente mientras que el miedo, el estrés y las depresiones, comienzan a disminuir hasta desaparecer.
Palabras amables, palabras positivas
Cambiando la forma de expresarte, cambias tu salud, tus estados de ánimo y pensamientos. Solo hay que ir abandonando el uso de los vocablos con una carga negativa y reemplazarlos por otros positivos, enfocarte en la belleza y no en los aspectos desagradables. Incorpora más alegría y optimismo y olvídate de lo que te resta energía. Semillas Solares.
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