Las manos hablan claramente de un trazo permanente de la Presencia del Divino en todo ser humano, una verdadera herencia que se confunde con toda su mano y que graba cierto recuerdo de Él…
Sobre esto, no hay duda que nuestras manos pueden ser por sí mismas, puertas. Nos invitan a penetrar dentro del movimiento de la Vida en nosotros.
Una forma de hilo conductor entre la energía palpable de la encarnación y la energía más sutil, la del alma que palpita en el centro de nuestro pecho.
Las manos Hamsa
Las manos de Hamsa es uno de los principales símbolos de protección del Islam… llamada mano Hamsa o Khamsa. Se trata de una mano abierta. Es la mano de Fátima, una de las hijas del Profeta Mahoma. Una mano que a veces está enriquecida con un ojo en su palma. El ojo del Divino, el que sondea los corazones.
Una mano, también, que expresa el número 5, número sagrado, ya que revela la quintaesencia del Ser, esa con la que el hombre debe poner al día por la inteligencia de su corazón…
Según esto, no olvidemos recordar esta misma mano Hamsa, muy honrada por los antiguos fenicios, que llevándola o dibujándola, pedían la protección a la diosa Tanit… otro nombre de Ishtar… el planeta Venus, la misma que los esenios llamaban “Luna-Sol”.
Los Mudras
Cómo no ir más allá y dirigir la mirada hacia Oriente donde las tradiciones hinduistas y budistas, conceden a las manos, un lugar de máxima importancia…
Los mudras son gestos que provocan el desplazamiento de la energía y traducen o amplifican eso que podemos llamar actitudes espirituales. La cabeza y el cuerpo entero podrían realizarlo, pero sin embargo, realizados por las manos se muestran particularmente precisos y potentes.
Son el testimonio de un conocimiento extremadamente profundo de la anatomía energética del cuerpo humano, así como de la relación que tenemos con el Cosmos como manifestación de la Presencia divina… En este contexto:
-
El pulgar, expresa el Incognoscible.
-
El índice, la energía de Júpiter-Príncipe de la Justicia.
-
El dedo corazón el de Saturno, Señor del Tiempo.
-
El anular al Sol, Fuerza de Vihmu, Príncipe Crístico Universal.
-
El meñique, la potencia de Mercurio, portador de informaciones que provienen del Divino…
La práctica de los mudras permiten experimentar el hecho de que en su posición y conexión, los dedos de las manos y la posición de las manos, estimulan y ponen en contacto, tal o cual aspecto de la conciencia con las diferentes esferas de la Realidad Divina.
De este modo, existen los mudras de sabiduría, de Iluminación, de humildad, de maestría de la personalidad egótica, etc.
No olvidemos que, en efecto, los dedos de las manos y la mano en su conjunto, son recorridos por toda una red de “micro nadis” que se fusionan en un chacra preciso a nivel de la muñeca, para después formar un nadi mayor, que sube justo hasta el hombro y finalmente, desciende hasta el corazón, como un tirante transversal.
En virtud de este conocimiento, los esenios se saludaban poniendo su mano derecha sobre el corazón. Realizando este gesto varias veces al día, sólo rizaban el más bello de los rizos: realizaban un mudra de fuerza y verdad…
Tantrismo de Cachemir
Es a partir de esta unión íntima que une la mano cósmica del ser humano con las esferas del Espíritu, como nació uno de los aspectos menos conocidos de una disciplina extremadamente secreta de Despertar, el tantrismo de Cachemir.
Esta disciplina está compuesta por un conjunto de prácticas en las cuales fue iniciado el Maestro Jesús y que éste, comunicó más tarde a unos pocos discípulos (entre los cuales estaba Sholomit, Marie Salomé) con el propósito de la reconciliación suprema entre lo denso y lo sutil.
Una de las particularidades de este método de Despertar, se traduce por el conocimiento de una relación muy estrecha existente entre cada dedo de las manos y los cinco nadis principales del cuerpo humano, la misma relación que con los cinco sentidos:
-
El pulgar está unido al sentido del tacto.
-
El índice a la vista.
-
El corazón al olfato.
-
El anular al gusto.
-
El meñique al oído.
Esta tradición altamente iniciática considera que los sentidos no son los enemigos de la abertura de conciencia, cosa que pensamos a menudo, sino que bien comprendidos y controlados, se convierten en verdaderos prolongadores de nuestra alma y de nuestro espíritu. Daniel Meurois para Sacreé Planet. Traducción: Isthar Luna-Sol
Deja un comentario