Pesto a la espirulina. ¿Te gusta el pesto? ¿Se te había ocurrido añadirle espirulina? Como me gusta experimentar en la cocina, he preparado una de mis salsas favoritas pero con muchos más nutrientes, y de esta forma puedes camuflar el sabor un tanto fuerte de la espirulina.
En el huerto, cuando llega la primavera, siempre tengo un rincón reservado especialmente para sembrar albahaca. Esta planta aromática es una verdadera farmacia natural.
Es digestiva, eleva el ánimo, es antiinflamatoria, alivia el dolor de cabeza y calma el estrés.
En la India existe la tradición de tener en la puerta de entrada a las casas o en algunos templos, una maceta con albahaca. Ellos la consideran una planta sagrada que ahuyenta las malas intenciones y es mensajera de los Dioses.
Será por sus propiedades, por su aroma, por su color o por todo esto junto que en la nevera, siempre tengo un bote con salsa de pesto listo para usar y enriquecer unas verduras a la plancha, como aliño en algunas ensaladas o para acompañar unos spaguetti vegetales. ¡Una salsa muy natural, versátil y llena de clorofila!
Pesto a la espirulina
Coloca en el vaso de la trituradora, un manojo de albahaca fresca y no le quites el tallo por favor, ahí es donde concentra más propiedades y aroma.
Agrega una cucharadita de sal rosa del Himalaya, una pizca de pimienta, 1 cucharadita de levadura nutricional, 6 nueces, ½ cucharada de espirulina granulada, ½ diente de ajo y 1 taza de aceite de oliva virgen extra.
Triturar. Si el pesto ha quedado un poco espeso, añade más aceite, si ha quedado muy líquido puedes agregar más albahaca o nueces.
Pesto siempre listo
Si guardas el pesto en un frasco de cristal en la nevera, se conserva muy bien por bastante tiempo pero, si te pasa lo mismo que a mí, que el pesto es una de tus salsas favoritas, no le auguro mucho futuro en la nevera.
Una salsa natural, fresca, crudivegana y enriquecida con un Superalimento. ¿Qué más se le puede pedir? Descubre más recetas naturales en este enlace.
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