¿Existe la fórmula para ser felices? ¿De qué depende que seamos más o menos felices? La neurociencia estudia el funcionamiento del cerebro y cómo se comporta la mente según los diferentes tipos de pensamientos.
“El cerebro y la mente, son los responsables exclusivos de que seamos felices el mayor tiempo posible, de la risa y la diversión, de la pena, la aflicción, el desaliento y las lamentaciones”.
Gracias al cerebro y a tu mente, adquieres sabiduría y conocimientos, sabes lo que no te beneficia y lo que es bueno para ti”. Hipócrates.
El neurocientífico e investigador Alex Korb aborda la depresión desde la neurología aplicada a la vida cotidiana, una perspectiva muy diferente de la que estamos acostumbrados.
Su teoría parte de todos esos intercambios químicos que tienen lugar cada día entre neuronas y neurotransmisores. Pero el propósito de este profesor, es el de hacerte entender cómo, con pequeños cambios, puedes influir en tu estado de ánimo y ser feliz. ¡Todos buscamos ser felices!
El autor habla de crear una “espiral ascendente” con la que ir generando cambios positivos que te alejen de esa actitud negativa que has construido y que te lleva hacia la tristeza y el malestar. Para conseguirlo, Korb te propone estos cuatro rituales:
La fórmula para ser felices
Hacer una lista de agradecimientos
Sentirte mal es una tendencia, pero darle la vuelta a la tortilla es tan sencillo como preguntarte: “¿Por qué cosas me siento agradecida?”. Al hacerlo, Korb asegura que se consigue aumentar la densidad de las neuronas y la inteligencia emocional, lo cual ayuda a mejorar tus relaciones personales.
Pero además, y muy importante, incrementa la presencia y actividad de la serotonina y de la dopamina, unas sustancias involucradas tanto en la motivación como en la sensación de placer y felicidad.
Pero el investigador no ha sido el único en buscar la forma de aumentar estos niveles prescindiendo de medicamentos. Actualmente existen teorías que relacionan su presencia en el cerebro con tu forma de alimentarte. Ser felices según lo que comemos ¿Quién lo diría? ¡Revisa tu alimentación!
Identifica la emoción y nómbrala
Darle nombre a lo que sientes, ayuda mucho más que reprimirte o disimular fingiendo que no te ocurre nada. En este último caso quizás consigas engañar a alguien, aunque no logres calmar tu hiperexcitado sistema límbico (el encargado de regular las emociones).
Verbalizar las inquietudes mediante metáforas produce unos cambios mucho más significativos y positivos en tu cerebro: “Reconocerlas conscientemente reduce su impacto”. Por otra parte, se realizó una investigación junto a un grupo de colaboradores en el que se sometieron a resonancias magnéticas, para estudiar su actividad cerebral.
Los resultados arrojaron que los desórdenes del ánimo se reflejaban en alteraciones de la actividad del sistema límbico. ¡Todo apunta que es el sistema límbico el que no nos deja ser felices! El sistema cerebral más primitivo y antiguo, el que reacciona ante todo.
Encontraron que la aceptación de las emociones ayuda a regular su efecto negativo. Esta es una de las razones por las que esta práctica se utiliza con éxito en el tratamiento de la depresión.
Toma las mejores decisiones para ti
Tomar decisiones y establecer objetivos activa un mismo circuito cerebral dentro de la corteza prefrontal, y lo hace de forma positiva, reduciendo la ansiedad y el estrés.
Cuando decides algo, cierras un episodio angustioso de incertidumbres y miedo al posible fracaso vinculado a la opción que vas a tomar. Apuestas por una carta y estás dispuesto a asumir las consecuencias. Eso en el plano mental.
En el cerebral, tomar decisiones y establecer objetivos activa un mismo circuito dentro de la corteza prefrontal, y lo hace de forma positiva, reduciendo la ansiedad y el estrés con lo cual el circuito prefrontal es el que nos hace ser felices, siempre que lo actives a través de la práctica diaria.
Pero hagamos un inciso: decidir no es siempre triunfar. “La perfección es la enemiga de la felicidad”. Bastará con tomar decisiones lo suficientemente buenas para cada uno. Para ello, nada como entrenarte en la meditación.
Se realizó una investigación en la Universidad de Singapur y se descubrió que 15 minutos de meditación diarios, contribuye a tomar mejores decisiones.
“La meditación da tiempo al cuerpo estriado y a la corteza prefrontal, para tomar la mejor decisión o la más inteligente para la salud y el bienestar a largo plazo”. La meditación activa y aumenta el tamaño de la corteza prefrontal, la encargada de que todos podamos ser felices. ¡Empieza a activarla!
Abrazar, abrazar y abrazar
En la edad adulta perdemos la costumbre de abrazar, y con ello prescindimos también de uno de los ejercicios más simples de la vida con los que secretamos hormonas implicadas en combatir el dolor, como la oxitocina.
El contacto físico con otras personas es más importante de lo que puedes pensar. Un abrazo largo y sentido te da sensación de bienestar y te hace sentir querido y a salvo, en parte por esa liberación de endorfinas y dopamina.
Pero además, ayuda a mejorar tu sistema inmunológico. Esto se ha comprobado en los estudio del Estrés, Inmunidad y Enfermedades donde se analizó el efecto de los abrazos en 404 personas.
Los resultados corroboran que “sentir un abrazo de alguien en quien confías es una manera efectiva de reducir el estrés, y que aquellos que reciben más abrazos, están de algún modo más protegidos frente a las infecciones”.
Resumiendo, es posible elevar el estado de la felicidad tan sólo con 4 nuevas actitudes:
- Ser agradecido
- Ponerle nombre a lo que sientes o identificar la emoción
- Tomar decisiones
- Abrazar
Estas cuatro prácticas liberan endorfinas, dopaminas, fortalecen el sistema inmunológico, combaten el dolor, activan el circuito cerebral, aumentan la densidad y conexiones de las neuronas, fortalecen los neurotransmisores y reducen el estrés del sistema límbico. ¡Cuidado con lo que piensas porque se hará realidad! ¡Piensa siempre en positivo! Y recuerda que ser felices es una cuestión de practicar, practicar y practicar. Semillas Solares
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