¿Guacamole a la espirulina? o ¿Guacamole espirulizado? El nombre quizás es lo menos importante. Lo importante son los ingredientes y como cocinar es de lo más creativo, se me dispara el ingenio y busco alternativas saludables, a la vez que experimento con preparaciones tradicionales a las que puedo darles un aire nuevo incorporando algunos Superalimentos. Hoy le toca al guacamole.
Otra salsa maravillosa que tiene como ingrediente principal el aguacate, un fruto muy nutritivo, con más de 20 vitaminas y minerales, lleno de grasas muy saludables, de esas que al corazón y a las arterias les encanta.
Aporta proteínas vegetales, fibra y un poco de carbohidratos. ¡Y pensar que de pequeña no me gustaba nada! ¡Ahora estaría encantada con volver a tener ese inmenso árbol que tenía el vecino, lleno de aguacates que colgaban hacia mi casa y caían en el jardín!
GUACAMOLE A LA ESPIRULINA
En el caso del guacamole, me gusta hacerlo a mano, aplastando la pulpa con un tenedor en lugar de triturarlo. Hay tantas variantes de una misma receta como personas en el mundo y cada uno, lo hace a su manera, así es como lo preparo. Rallar muy fino ½ cebolla y 1 tomate sin la piel.
Aparte, aplastar con la ayuda de un tenedor 2 aguacates maduros, añadir el zumo de 1 lima, una pizca de sal rosa del Himalaya, pizca de pimienta, 1 cucharadita de comino molino y una cantidad generosa de cilantro fresco picado. Incorporar la cebolla rallada, el tomate, un poco de aceite de oliva virgen extra y por último, lo enriqueces todo con 1 cucharada de espirulina.
Tienes tres opciones, puedes triturar la espirulina en comprimidos, usar directamente la granulada o la espirulina en polvo. Las tres opciones son válidas, a mi me gusta encontrar el crujiente de los gránulos de espirulina.
Así de fácil, otra salsa con mucha tradición en Latinoamérica, muy sabrosa, crudivegana y que puedes enriquecerla aún más tan solo incorporando un Superalimento. ¡Cocinar es crear! Más recetas naturales, en este enlace.
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