Entrevista a Eva Juan Linares
Doctora en Psicología, especializada en Psicooncología.
Responsable de la unidad de psicooncología del hospital de Sant Pau y del Instituto Oncológico Teknon.
“Creo en la esencia divina de cada persona y en su poder“
Una disciplina que ayuda al enfermo de cáncer a afrontar su enfermedad, a darle un sentido…
-¿Es un consuelo?
-Más: es una ayuda para adoptar una actitud activa, tomar el control de su nueva vida y vivirla de modo enriquecedor.-Ya, pero lo que quiere el enfermo es curarse de su cáncer…
-Pues justamente una actitud activa del enfermo, positiva, consciente, ¡contribuirá muchísimo a su recuperación! Si colaboras en tu curación, si la visualizas…, ¡la acercas! Hay evidencias científicas al respecto.
-¿La mera actitud psicológica es sanadora?
-Mujeres con cáncer de mama avanzado, terminal, se sometieron en 1991 a un estudio, conocido hoy como Fawzy and Fawzy: divididas en dos grupos, uno ejercitó técnicas de visualización y relajación, y el otro no. ¡Las mujeres del primer grupo vivieron el doble de tiempo que las del segundo!
-¿Y en qué consisten estas técnicas?
-Primero, para relajarse y aplacar la angustia es muy útil concentrarse en la respiración: una respiración de tipo abdominal, inspirando y espirando el aire por la nariz…
-¿Y luego?
-¿Y qué hay que visualizar ahí?
-Que esa sangre luminosa va limpiando cada célula maligna, llenando de luz la zona.
-¿Y qué le dicen los pacientes al hacerlo?
-Que se sienten mejor. Y aprenden a hacerlo solos. Cada enfermo es distinto, y a cada uno le enseño a aprovechar sus recursos.
-¿Qué tipo de recursos?
-A una enferma de cáncer de mama que siente devoción por una tía suya monja, le he enseñado a que se visualice ante ella y que imagine un chorro de luz que sale desde el pecho de su tía y conecta con su pecho…
-No parece muy racional, suena a magia…
-¡Ojalá pudiésemos curarnos a voluntad!
-¿Y por qué no intentarlo? Yo lo hago siempre conmigo misma. ¡La voluntad es creadora, la imaginación es muy poderosa!
-Sí, pero… ¿tanto?
-Una enfermedad, es un grito: nos grita una desorganización interna, nos está invitando a mirarla, comprenderla y a repararla.
-¿La enfermedad como guía?
-Así veo la enfermedad: como una oportunidad para conocerte mejor a ti mismo. Si la aprovechas, ¡puedes mejorar tu vida!
-Quizá, pero también puedes morirte.
-¡Todos moriremos! “Yo puedo morir antes que tú, ¡esta noche mismo!”, les digo siempre a mis pacientes. Vida y muerte son inseparables. Se trata de tomar conciencia de que cada día de tu vida… ¡es tu vida entera! ¡El presente es lo único que tienes! Vívelo.
-Conozco a muchos enfermos a los que la enfermedad ha ayudado a tomar las riendas de su propia vida, a darse cuenta de qué importa y qué no, a ser conscientes de cuánto sufrimiento han ido tragándose durante años…
-¿A qué sufrimiento se refiere?
-A aguantar cosas… Pero en estas situaciones extremas te replanteas el sentido de tu vida: ¡conozco mujeres que han rehecho su vida a raíz de un cáncer de mama!
-¿Hasta qué punto?
-Al de separarse del marido infiel: de pronto toman conciencia de cómo han estado negándose la felicidad sólo por cumplir con una imagen… Y sacan un golpe de fuerza.
-Si le diagnosticasen a usted un cáncer de mama…, ¿qué haría?
Lo que ahora hago… ¡Este trabajo me conecta con la vida!
-¿Qué consejo de oro se daría?
-Aparta todo victimismo, todo “¿por qué yo?”: toma el control de cada uno de tus días. Les digo a mis pacientes: “Ahora vas a descubrir lo que no sabías: ¡que eres un héroe!”.
-“¡Esto no es nada!”. Sí lo es: es algo importante y, porque lo es, vamos a aprovecharlo.
-Si conozco a alguien con cáncer, ¿cómo debo tratarlo para ayudarle?
-No te pases de discreto y respetuoso, pues eso te apartará de él: si todos hacen igual, ¡lo desvincularéis de la vida! Así que… ofrécete: pregúntale qué desea de ti y dáselo.
-¿Debe el médico explicarle siempre a un enfermo de cáncer todo lo que tiene?
-Primero debe preguntarle si desea saberlo todo o no, y explicarle hasta donde él pida.
-¿Y luego, durante el tratamiento?
-Le digo: “No te fijes en lo que pierdes, ¡estate atento a lo que ganas, a cada logro!”
-También las familias sufren, claro…
-Y más que el paciente, pero la clave es la misma: ¡no hay más vida que el día de hoy!