Alrededor de un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo.
¿Aprovechamos bien ese tiempo?
Hablamos con Tenzin Wangyal Rinpoche, perteneciente a la tradición Bön (la tradición espiritual autóctona del Tíbet), autor del libro ‘El yoga de los sueños’ acerca del potencial del sueño y de cómo podemos estimular el sueño lúcido.
Este puede constituir una valiosa herramienta para nuestro desarrollo espiritual y humano.
¿Por qué hablamos de yoga de los sueños? ¿Por qué esta asociación entre yoga y sueños?
¿En qué consiste el yoga de los sueños?
Hay todo un conocimiento que se puede adquirir acerca del sueño: cómo prepararse para ir a dormir, qué significa soñar, cómo vienen los sueños, cómo pueden usarse para el propio desarrollo personal y espiritual… Recordemos que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo; o, lo que es lo mismo, unos veinte o veinticinco años.
Muchas veces no aprovechamos bien todo este tiempo, en el que podemos vernos arrastrados por nuestras crisis emocionales y otras experiencias.
¿Cómo se concibe en la tradición tibetana el espacio de los sueños?
Muchos maestros han descubierto mucha sabiduría y enseñanza a través de los sueños.
Soñé que había un autobús dando vueltas alrededor de su casa y que yo daba los billetes a las personas que querían subir al autobús.
En los billetes había impresa la letra ‘A’ tibetana. Tras contarle el sueño, me aceptó como alumno.
¿Cómo podemos beneficiarnos de los sueños?
El sueño es un producto de nuestra mente conceptual y emocional más el lung (en sánscrito se le llama prana; es la energía vital de la que dependen tanto la conciencia como la vitalidad corporal).
La combinación de mente y lung produce los sueños, sean buenos, malos o haya ausencia de ellos. Puesto que los seres humanos tenemos cierto control sobre nuestra mente y prana, podemos tener cierto control sobre nuestros sueños, y también sobre nuestra vida.
En la tradición tibetana hay seis chakras. Si antes de dormirte el prana y la mente confluyen en un chakra en concreto, ello dará lugar a un sueño relacionado con la característica de ese chakra.
¿Un ejemplo?
En el cuerpo, los celos se relacionan con el centro del corazón.
El antídoto para los celos es una gran apertura del corazón; la apertura que surge cuando nos conectamos con nuestra propia naturaleza.
De modo que si antes de dormirte puedes conducir tu mente y tu prana hacia el corazón y estimular la emoción correcta, vas a tener sueños más pacíficos, más productivos, más sanadores.
Nosotros estamos cansados, pero la parte egoica de nuestra mente, se frotan las manos por la fiesta que van a organizar gracias a nuestra falta de control.
Si no tienes conciencia sobre tus sueños, estos simplemente te ocurren; eres un agente pasivo en relación al sueño.
Acaba de hablar del reino humano asociado a los celos y su antídoto. ¿Cuáles son los demás reinos, su emoción dominante y sus antídotos?
Cuando somos presa del odio o la violencia, tenemos experiencias del reino de los infiernos. El centro energético del enojo está en las plantas de los pies. Su antídoto es el amor puro e ilimitado que surge del ser incondicional.
Entonces buscamos la satisfacción afuera en vez de buscarla adentro. La codicia se asocia con el deseo sexual y en el cuerpo su centro energético está en el chakra que se encuentra detrás de los genitales. La generosidad, el dar desinteresadamente lo que otros necesitan, deshace el nudo de la codicia.
La sabiduría que encontramos cuando nos dirigimos hacia adentro y reconocemos nuestro ser verdadero es el antídoto para la ignorancia.
El orgullo es un sentimiento conectado con el logro y, a menudo, con tratar de conservar el territorio que se considera propio.
Hay un aspecto disfrazado del orgullo que se manifiesta cuando creemos ser peores que los demás para desempeñar cierta habilidad; en realidad se trata de un egocentrismo negativo, que nos separa de los demás.
El orgullo se asocia con el chakra de la garganta y a menudo se manifiesta en forma iracunda. Su antídoto es la gran paz y humildad que surge cuando descansamos en nuestra verdadera naturaleza.
En él, las cinco emociones negativas están presentes en igual proporción.
Los dioses se encuentran perdidos en una especie de pereza gozosa en un placer centrado en ellos mismos; están distraídos y apartados del camino de la liberación.
El antídoto para el gozo egoísta de los dioses es la compasión que todo lo permea y que surge espontáneamente mediante el reconocimiento de la realidad que está en la base del ser y del mundo.
Mucho de lo que ocurre cuando sueñas tiene que ver con cómo te manejaste estando despierto, y con cómo te preparaste para irte a dormir. Si te propongo una práctica de quince minutos y te digo que vas a recibir los beneficios de haber practicado siete horas, ¿te gusta la idea?
Ya lo creo.
En cambio, si te acuestas triste por lo que ha acontecido durante el día, y no limpias tus emociones antes de irte a dormir, te llevas este estado emocional a la noche, y meditas en la tristeza durante siete horas. ¿Te levantarás alegre y con energía?; no, lo harás exhausto y deprimido.
La cuestión es: ¿cómo nos mantenemos durante el día? ¿Cómo mantenemos la conciencia? Una cosa importante es cómo te las arreglas para no perder energía.
¿Y cómo me las arreglo?
Todo el mundo externo está creado por nuestra mente. Esta es una comprensión intelectual, pero es verdad. Pero ¿cómo experimentarlo?
Al levantarnos por la mañana, digamos: “Esto es un sueño”. Pero tienes que sentir que esto es así. Esto significa menos apego, menos tomarse las cosas muy en serio.
En cuanto a cómo queremos guardar el archivo, le ponemos este nombre: ‘sueño’. ‘Ilusión’. De modo que vas ‘guardando como sueño’ tus experiencias diurnas; así, cuando estás durmiendo y se vuelve a encender el ordenador, vuelven a aparecer los archivos que has creado, los cuales llevan un nombre: ‘sueño’. ‘Ilusión’.
Así te das cuenta de que se trata de un sueño. Sí, es un sueño. Que se llama sueño lúcido.
También, cuando queremos borrar un archivo tenemos que estar conscientes, para seleccionar el que queremos borrar. Pero no voy a profundizar en esto. Voy a volver a la parte del guardar.
Observamos la respiración, y nos damos cuenta de que la estamos reteniendo. Y la soltamos. Llevamos la atención al cuerpo y sentimos la quietud. Escuchamos la mente y sentimos el silencio, la espaciosidad.
Desde ese espacio miramos nuestra casa: es un sueño precioso. Nos quedamos allí durante unos cinco o diez minutos. Si haces esto, tal vez por primera vez en tu vida tendrás una relación muy distinta con tu casa.
Y aunque la práctica haya durado solo diez o quince minutos, estoy seguro de que esa noche esto tendrá algún efecto positivo en tu sueño.
Si haces lo mismo en tu vida de cada día, con cada cosa con la que tengas relación, podrás cambiarlo todo, una cosa tras otra. Es una experiencia muy placentera cuando la llevas a cabo, y muy poderosa cuando estás soñando.
También destruyen nuestros sueños. Y nos agotan, y nos alejan de la felicidad. Frente a una acción difícil, por ejemplo realizar una llamada telefónica a alguien que no nos gusta, tenemos dos opciones. La primera es hacer la llamada en ese mismo momento. La segunda opción es borrarla de nuestra lista de tareas inmediatas, y ponerla en otra de acciones a realizar al cabo de dos meses, por ejemplo. Así cada mañana nos levantaremos contentos de no tener que hacer esa llamada. Es un juego; un juego de la mente, dentro de la ilusión.
Un juego que al final nos lleva a tener buenos sueños…
No tiene nada que ver con un sueño positivo o un sueño negativo, o en si es un sueño más o menos claro. Puede ser que estés teniendo una pesadilla espantosa y te hagas consciente de que estás soñando; entonces entras en el sueño lúcido.
Se puso a correr y llegó al aparcamiento; arrancó el coche y entró en la autopista. Los perseguidores aún la seguían.
De pronto se dio cuenta de que eso era un sueño. Y se dijo: “Si esto es un sueño, puedo hacer cualquier cosa. Puedo volar”. Así que su coche salió volando. Entonces experimentó una profunda sensación de liberación en su sueño.
Esta persona también se habría librado de sus perseguidores sencillamente despertándose…
Esa mujer sintió una liberación, tanto a nivel corporal, como energético, como de conciencia. Lo que le ocurrió en ese sueño fue muy importante. Llevó ese sueño a su vida de vigilia y lo estuvo analizando, pero en mi opinión sacó mucho más provecho de ese momento en que se dio cuenta de que estaba soñando, por los efectos que esto tuvo en su cuerpo y en su mente, que en cualquier análisis que hubiera podido hacer posteriormente.
Y ese cambio pudo tener un impacto muy importante en su vida. El sueño lúcido es un aspecto muy importante en la práctica de sanación.
Los estudios han revelado, por ejemplo, que alguien que en vigilia tiene dificultades para andar puede andar mucho en su sueño lúcido, con lo cual la mente está mandando a la pierna el mensaje de que puede andar. Y cuando la persona se despierta por la mañana se siente completamente diferente.
¿Se despierta pudiendo andar?
Si no podemos permanecer conscientes durante el sueño, si nos perdemos cada noche, ¿qué probabilidad tenemos de estar conscientes cuando llegue la muerte? Si entramos en el sueño y comenzamos a interactuar con las imágenes de la mente como si fueran reales, no podemos esperar liberarnos en el momento después de la muerte.
Cuando ocurre esto, puedes ser consciente de que estás perdiendo el elemento de la tierra, del agua, del fuego, del aire, del espacio, mientras vas cayendo más y más profundamente en el sueño.
Hasta que pierdes toda identificación con la personalidad.
Ahora sé que soy tibetano porque estoy delante de alguien español, pero en otros contextos no puedo saber la identidad de mí mismo, de quién soy, sobre todo cuando estoy yendo hacia adentro de esta manera.
Cuando uno hace esto duerme mucho mejor. Si tienes un buen día tienes una buena noche, y si tienes una buena noche tienes un buen día. Y al revés. Es un ciclo que se perpetúa.
A veces también experimentamos que estamos sangrando y que salen de nuestro cuerpo insectos; todo eso son buenas señales.
Por ejemplo, cuando era adolescente fui a una sala oscura de retiro; estuve ahí meditando durante cincuenta días, sin ninguna luz.
Al final tuve un sueño en que tenía un corte en un nervio, y entonces de repente muchos insectos empezaron a salir de ahí; incluso serpientes.
No sabía qué significaba; se lo dije a mi maestro y me dijo que era una purificación, una limpieza. Era un augurio de recibir enseñanzas de los maestros.
Este tipo de sueños se consideran sueños de desarrollo espiritual.
Hay muchas posibilidades en ese sentido.
Athanor.
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