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En la antigüedad una persona no se convertía en maestra o profesor por pasar un tribunal o sacar un título, sino porque había dado muestras de sabiduría y era respetada por su buen hacer.
Los indígenas durante muchos años no han querido enviar a sus hijos a las escuelas estatales, justo por eso.
Ellos no envían a los niños para estar cerca de alguien que no haya demostrado su propio saber y experiencia.
No saben si son buenas gentes y qué tipo de cosas meterán en el corazón de los pequeños.
Han leído unos libros sobre cómo enseñar y les han dado un título de reconocimiento, pero nadie sabe nada de sus ideas ni sentimientos, de su carácter ni de sus dependencias, de sus aspiraciones en la vida ni de sus principios.
Es necesario saber en qué manos ponemos a nuestros hijos, qué tipo de personas son, qué van a compartir de lo que llevan dentro de sus corazones.
Lo importante no es el envoltorio, lo importante es qué hay por dentro de las personas, sino será como la trasmisión de un alma vacía, un diccionario repitiendo palabras sin espíritu, sin amor, sin belleza y sin visión de futuro.
Ahora las emociones están desbordadas y lo escondido asciende para que podamos limpiar lo que está pendiente.
Hemos de focalizarnos en lo que está emergiendo: una profunda tristeza, rencor acumulado, angustia desaforada, etc. Casi siempre lo que más sufrimos es lo que tenemos listo para liberar de las células y del cuerpo entero, y está basado en creencias que ya no tienen sentido en la actualidad.
Despertó la creatividad, la sensualidad, la alegría y la pasión, especialmente en las tormentas solares.
Lo femenino solar impregna nuestras vidas y ahora hay que integrar la energía de lo masculino lunar que también lleva siglos ausente.
De esta manera se activan los códigos genéticos. Son frecuencias, aún desconocidas. Se trata de lo masculino tierno, divertido y delicado.
La energía masculino lunar es la fuerza luminosa y juguetona de los delfines.
Nos sentiremos unidos a las mareas y a los seres marinos, especialmente los cetáceos, pero sabiendo quiénes somos y descansando en el centro del ser.
Sería bueno recordar esto al celebrar las lunas llenas en grupo, porque los delfines viven en pequeñas tribus y saben proteger muy bien a los suyos.
Son tiernos y con gran corazón, les encanta jugar (incluso con humanos), son muy inteligentes y mantienen varias conversaciones a la vez (sonar, telepatía, movimientos…).
Mucha Luz a ti también Carmen. Gracias y Abrazos
Hermoso!!!! En algunos momentos ya siento que es asi, que hay cambio en los hombres y es bienvenido.
Gracias por todo li que haces, tu blog es maravilloso y siempre me alegra leerlo. Mucha luz Semillas Solares.
Carmen