El cuerpo es un aliado, un medio necesario para el crecimiento interior y la vida plena.
Puede entenderse como el templo que acoge las experiencias más intensas y significativas que un ser humano puede alcanzar.
Junto a la tendencia milenaria de separar el cuerpo de aquello más sublime del ser humano ha existido siempre la intuición de que en realidad están unidos o son la misma cosa.
Cabeza, corazón y Hara
Una forma sencilla de reflexionar sobre la totalidad de aspectos del cuerpo consiste en emplear un modelo de tres partes que incluye los centros fundamentales del cuerpo-mente, es decir, la cabeza, el corazón y el hara. Es el modelo de los sistemas tradicionales de salud y desarrollo espiritual.
Hara es el centro de la energía corporal y de las sensaciones viscerales. Es la fuente del contacto con la Tierra que permite moverse con presencia e irradiar vitalidad. Este centro se ubica por debajo del ombligo.
El corazón es el centro de los sentimientos, de la capacidad de amar y cuidar de nosotros mismos y de los demás.
La cabeza es el centro del discernimiento y de las intuiciones relativas a la bondad, la verdad y la belleza. En ella reside la capacidad para liberarse de las visiones limitadas y acceder a niveles superiores de conciencia.
El cuerpo como un todo se beneficia del cultivo armonioso de los tres centros. El trabajo sobre la respiración en actitud meditativa es seguramente el medio más eficaz para integrar el hara, el corazón y la cabeza.
El Santuario de mi Vida….