toda una vida o más.
La iluminación consiste en darte cuenta de lo que eres y de lo que siempre has
sido.
cuerpo.
Debido a que ya eres Consciencia, una analogía sería preguntarte: ¿qué distancia necesitaría recorrer el océano para
encontrar agua? La respuesta es: ninguna distancia. Simplemente
necesitaría reconocer claramente lo que ya es.
La razón por la que es difícil despertar a nuestra naturaleza original
infinita es porque se nos ha condicionado desde que nacimos, que somos
nuestro cuerpo y/o la imagen que tenemos de nosotros mismos en nuestra mente.
incluye todos los pensamientos, sentimientos, emociones, imágenes y
percepciones que surgen dentro. Por ejemplo, ¿cómo sabes que tienes un cuerpo? Lo sabes porque
estás consciente de él. ¿Cómo sabes que tienes pensamientos? Lo sabes porque
estás consciente de ellos. En pocas palabras, tu naturaleza es la CONSCIENCIA
misma.
2. Estaré iluminado en cuanto aprenda a detener mis pensamientos.
Este es un error muy común. La realidad es que no necesitas que tus
pensamientos se detengan para despertar, sólo tienes que dejar de identificarte
con ellos. Sin embargo, esto no es tan fácil porque la mayoría de nosotros nos
hemos pasado la vida haciendo justamente eso. La clave está en observarlos,
observarlos silenciosamente. Observa el espacio que hay entre tú y el
pensamiento que surge y date cuenta que tú estás presente antes que el
pensamiento, durante el pensamiento, y después del pensamiento, entonces, el
pensamiento no puede ser tú. De hecho, ¿acaso no estás absolutamente presente
incluso cuando ningún pensamiento está surgiendo?
3. La iluminación significa que me liberaré del ego.
El ego es necesario para la supervivencia del cuerpo, y es lo que nos indica
cuándo huir del peligro o cuándo debemos defendernos. Sin embargo, a pesar de
que en raras ocasiones nos encontramos en situaciones reales de vida o muerte,
el ego aborda cualquier disturbio psicológico con esta misma respuesta de lucha
o huida. Si alguien nos insulta el ego entra en
acción sintiéndose amenazado.
La clave está en ver que no somos nuestro ego. A través de observarlo cuando se
pone en acción podemos ir ganando un poco de espacio entre nosotros y él.
Cuanto más espacio, menos atracción generará sobre nosotros. Muy pronto, el ego
se empieza a sentir un niño mimado que siempre está quejándose y lloriqueando
porque quiere lo que quiere y cuando quiere. El mantra del ego es: ‘¡Yo, yo,
yo!’
4. Una vez que me ilumine, mi vida estará libre de problemas.
Cuando despiertas, no es que sólo tendrás cosas ‘positivas’ en tu vida, más bien
es que has dejado de etiquetarlas como positivas y negativas porque todo es
visto ahora como la Vida desplegándose exactamente tal y como es. Te
das cuenta que no tienes el control de la Vida, que la Vida es, y que no estás
separado de la Vida. Aprendes a confiar plena y completamente
en la Vida. Aprendes a ‘fluir’ y a disfrutar del viaje. Una montaña rusa tiene
ALTAS y BAJAS. ¡No puedes tener una con sólo ALTAS!
Recuerda, todo el mundo es un buen capitán cuando la mar está en calma… así
que mejor no huyamos de las tormentas… Podemos ver una tormenta como un
problema completamente insuperable o como un desafío para llegar a lo más
profundo y descubrir de lo que estamos hechos realmente. Como dice el refrán,
‘los barcos no fueron diseñados para permanecer en puerto’.
Independientemente del resultado de la situación, aprenderás algo acerca de ti
mismo que no sabías. Y cuando despiertes, serás consciente de que lo que eres,
en tu centro, jamás podrá ser dañado.
5. Sabré que estoy iluminado porque me sentiré dichoso todos los días.
Aunque la dicha o la felicidad suprema es una experiencia maravillosa, como
toda experiencia, es algo que viene y va. La idea de que estar iluminado
significa ser dichoso todo el tiempo, simplemente no es verdad. Despertar significa
ser plenamente auténtico con el momento presente, APAREZCA LO QUE
APAREZCA.
Ya que el ser iluminado no se encuentra viviendo en el pasado ni en el futuro,
tiene la capacidad de acoger incondicionalmente cualquier pensamiento,
sentimiento, sensación o emoción que esté surgiendo en el momento presente. Lo que
descubrimos es que nosotros, somos ese ESPACIO para cualquier experiencia que
esté sucediendo en este momento.
Algunas consideraciones finales…
Y así, en el Vedanta Advaita el término sánscrito, “neti neti,” que significa
‘ni esto, ni aquello’ se utiliza a menudo como una práctica para encontrar el
camino de regreso a casa. Por ejemplo, podrías ver un árbol y preguntar, ‘¿Soy
el árbol, o lo que está consciente de él?’ Ya que tú estás consciente del
árbol, sabes entonces, que no podrías ser el árbol. Y puedes hacer esto con
cada objeto en el que aterricen tus ojos, incluyendo tu cuerpo.
Al principio, la mente tratará de decir, ‘¡Pero ‘yo’ estoy consciente de esto!’
Sin embargo, cuando tienes que preguntar, ‘¿Y qué es lo que conoce o está
consciente de este ‘yo’ que afirma conocer el árbol? Y la mente dice, ‘¡Yo!’ Y
tú preguntas, ‘¿Y quién está consciente de este ‘yo?’ Si sigues preguntando,
‘¿Y qué es lo que está consciente de eso?’ a cualquier respuesta que se le
ocurra a la mente, con el tiempo, la mente se calma al darse cuenta que se ha
quedado sin respuestas. Y así, terminas encontrando el silencio.
La clave es que tienes que hacer este ejercicio, realmente, de tal forma que el
entendimiento intelectual termine siendo experiencial. Esto se conoce, no a
través de creer en lo que los demás te digan, sino a través de confirmarlo con
tu propia experiencia directa. De pronto, podrías caer en la cuenta de que lo que siempre
estuviste buscando era ESO que está llevando a cabo la búsqueda… y entonces… comienzas a descansar de tanta búsqueda.
Michael Jeffreys. Traducción: Tarsila Murguía