La palabra Pascua proviene del latín “Pasja” que a su vez, se adaptó del hebreo “Pésaj” y que significa: paso o salto.
La fiesta de Pascua está asociada a la resurrección, a un nuevo comienzo, al nacimiento de algo nuevo.
Desde la antigüedad se usa el símbolo del huevo como representación de vida, nacimiento y esperanzas renovadas.
En la Edad media se retoma la costumbre de regalar huevos de gallina o de pato a los niños.
Al principio del siglo XIX en Alemania, Italia y Francia, aparecen los primeros huevos de chocolate con regalos en el interior.
Una vitalidad exuberante se manifiesta en Primavera, época de renovación y renacimiento.
La Primavera se asocia también con festejos de todo tipo, uno de ellos, la Pascua de la Resurrección, el Cristo vuelto a vivir.
En muchos lugares del mundo, los festejos religiosos están acompañados por costumbres y tradiciones de origen pagano. Una de estas tradiciones asociada con la Pascua, es el intercambio de huevos decorados entre familiares y amigos.
Desde siempre, el símbolo del huevo ha gozado de un significado importante para la humanidad. En muchas culturas representa vida nueva y esperanza, razón por la cual se asocia a la Pascua.
En Polonia y en países eslavos, los huevos, gozan de una popularidad extensa. Según la tradición, no se consumía huevo durante la Cuaresma. Por lo tanto, la cantidad recolectada durante esa temporada era tan abundante, que la gente comenzó a repartir los huevos almacenados a parientes y conocidos. Para darles una apariencia de regalo, se pintaban los huevos con pigmentos naturales. Eventualmente, esa técnica evolucionó, añadiendo una gran variedad de colores y diseños, hasta alcanzar dimensiones de verdaderas obras de arte conocidos como huevos de Pascua.
En la Rusia zarista, los huevos jugaron un papel muy importante durante la Pascua. El año 1884 marcó el inicio de una tradición imperial que perduró hasta los tiempos del último zar. Alejandro III decidió agasajar a su esposa, la zarina María, con una pieza en forma de huevo del famoso joyero imperial. El detalle agradó tanto a la zarina, que se acordó fabricarle uno cada año y ofrecérselo con motivo de la Pascua. De esa manera, el obsequio por excelencia que el zar podría ofrecer a la zarina, era un huevo fabricado con metales piedras preciosas, decorado de forma exquisita por Fabergé . Asimismo, por disposición del zar, el regalo siempre tendría forma de huevo y albergaría en su interior una sorpresa, que se mantenía en secreto hasta el momento de regalárselo a su pareja.
Hoy en día la tradición de decorar huevos durante la época de Pascua sigue vigente aunque la forma de decorarlos ha cambiado mucho.
Pysanky se llaman los huevos de Pascua en esa parte del mundo. Los lugareños inician su elaboración con mucha antelación. Los decorados representan una gran variedad de motivos. Por ejemplo, el sol, representa el origen de la luz. La estrella es el eterno acompañante y fiel guía del hombre y el agua representa la esencia de la vida y es símbolo de la pureza. El motivo de una flor indica gozo y alegría. La golondrina, representa la esencia de la Primavera , la cosecha abundante y la felicidad.
También nosotros podemos celebrar nuestro propio renacimiento, celebrar el comienzo de una nueva etapa, el nacimiento de aquello que deseamos ver realizado en nuestra vida, renovar nuestro compromiso con la Vida, la alegría y el despertar. Festejar otro salto en la evolución.
Siempre hay algún motivo para celebrar, la vida es una fiesta y depende de cada uno si quiere celebrarla o no.
Semillas Solares. Así me lo han Dicho.
Me gusta tu reflexión y me gusta Khalil Gibrán. No soy "amiga de las tradiciones" en general. Estas se van desvirtuando con el paso del tiempo, algunas ya no tienen sentido en la época que vivimos pero si estoy de acuerdo con volver a celebrar los ciclos de la naturaleza, honrar los elementos, festejar la Vida. Muchas celebraciones todavía van asociadas a algunas religiones y en la actualidad no tienen la función que tenían en su principio. El artículo era una reflexión de que es posible celebrar muchos aspectos de la vida pudiendo adaptarlos al momento actual, en el caso de la fiesta de Pascua no es necesario asociarlo a la figura de Jesús pero sí festejar nuestro propio renacer. Todas las fiestas han tenido su comienzo como celebraciones hacia los elementos, los mundos sutiles, la naturaleza, luego las prohibieron y las llamaron paganas para luego adaptarlas según las necesidades de cada religión, pero el principio siempre fue el mismo, celebrar la Vida y es con esto con lo que me quedo.
Gracias por tu comentario, abrazos.
Sería bonito que Quiénes 'te lo dicen', aclararan si celebrar la Vida, el Amor, el día a día; todo lo que, en suma, es importante para nosotros incluyéndolos a Ellos (Ellos saben cuanto les Amo y respeto, de ahí que me atreva a reclamar Su opinión)tiene que ir asociado a las tradiciones.
Muchas gracias.
Abrazos
"Coloqué un cartel en la puerta de mi casa: Sólo pasaran los que dejen fuera sus tradiciones.
No entró nadie."
Khalíl Gibran