Todos somos diferentes, únicos y especiales.
Estamos unidos por unas cuerdas que no siempre son visibles.
Existen uniones más allá del tiempo.
Siempre se nos reconocerá por nuestros actos, no por nuestras palabras.
Para hacer feliz a otras personas, sólo es necesario querer hacerlo.
Si, es un cortometraje muy tierno y aquellas cosas que solemos hacer de niños, de forma natural son nuestros dones y maestrías que luego, ya de adultos, volvemos a retomar.
Gracias y abrazos.
He reído y he llorado… lo que queda claro es que el Amor incondicional no nos deja indiferentes. Abrazos