En cada célula de tu cuerpo se encuentra toda la información de las experiencias que has vivido hasta el momento y toda la información genética que también forma parte de la memoria celular.
Esto no es una hipótesis, está basado en las leyes de la física cuántica cuyo principio es que todo lo que existe y lo vivido es energía.
Nada se destruye ni se pierde. Los pensamientos, las emociones, los sentimientos, las palabras, las acciones, todo forma parte de la memoria celular.
Tus células reaccionan constantemente a tus pensamientos y tus emociones a la vez que son modificadas por estos. Tu sistema inmunitario puede reforzarse o debilitarse en función de cómo estás en cada momento y ese mensaje, se va grabando en la memoria celular.
La alegría es capaz de prolongar la salud en cambio, recordar una situación triste va a liberar las misma sustancias que se liberan ante una situación de estrés. Nada se pierde, todo queda almacenado en la memoria celular de tu organismo.
No somos sólo carne, huesos y líquidos, estamos constituidos por otro tipo de materia sutil donde, cada célula es una entidad por sí misma formando parte de una gran familia celular que, aunque sea separada del conjunto al cual pertenece, continúa manteniendo la memoria celular de todo lo que ha experimentado, tanto física, mental como espiritualmente.
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