Es ingeniero agrónomo, fundador de una ONG dedicada a la soberanía alimentaria y la agroecología.
¡De sobra! Pero no llega a todo el mundo.
¿A quién no le llega?
Hay mil millones de personas sin el mínimo de
comida para estar bien alimentados. ¡Y vamos a peor…!
¿Y por qué?
Porque la comida se ha convertido en mercancía,
en negocio.
¿Para quién?
Para la industria financiera y las grandes
corporaciones multinacionales.
¿Qué hacen?
¡Acaparan más y más tierras!
¿Cuántas?
En los últimos cinco años, los grandes
inversores internacionales han adquirido unos 70 millones de hectáreas de
tierra agrícola.
¿Para qué?
Para producir grandes cosechas, especular con
sus precios, exportarlas… y forrarse.
¿Y por qué eso es malo?
Porque aplican un modelo agroindustrial para el
negocio de la exportación, no para consumir como comida. Un modelo de
consecuencias nefastas.
Explíquemelas.
Una, las poblaciones campesinas locales son
desposeídas…, y acaban mendigando en los extrarradios de las urbes.
Dos.
Se pierden para siempre variedades agrícolas
locales tradicionales, sustituidas por semillas diseñadas en laboratorio, hoy
el 80%.
¿Tres?
Se cultivan cosechas ingentes de soja o maíz
para hacer piensos y agrocombustibles: el 90% de la soja y el 40% del maíz no
se convierte en alimento: no va a los estómagos de personas, va a los depósitos
de coches.
Cuatro.
Son cultivos basados en el petróleo: abonos y
pesticidas sintéticos, combustible para tractores y bombas de agua y para
transportar cosechas al otro lado del mundo… Y un dato: el 20% del tráfico
rodado en Estados Unidos transporta comida. ¡Y todo eso contamina gravemente!
¿Hasta qué punto?
Nuestra ONG lo ha calculado: la agroindustria
genera la mitad de las actuales emisiones de CO2.
¿La mitad? ¡Es mucho!
Sí. Recuperar el modelo de agricultura local
acabaría con el efecto invernadero. Si las tierras volviesen a los campesinos
tradicionales, ¡se acabó el cambio climático!
¿Los payeses, salvadores del
planeta?
Así es: ¡el retorno de los campesinos
refrescaría el planeta! Y los abonos orgánicos fijan el carbono en el suelo.
¿Dónde están los payeses?
Siendo expulsados del campo: se imponen las
grandes corporaciones, las plantaciones extensivas, los plásticos de Almería…
Ah, aquellas frutas con
sabor…
A la agroindustria sólo le importa que tengan
buen aspecto, se empaqueten bien y soporten largos transportes, ¡no su sabor!
¿Algún ejemplo?
Una zanahoria torcida, por rica que sea, es
interceptada y no entra en una gran superficie. ¡Se tira! E igual con más
productos. Entre eso y que compramos de más…, ¡el 40% de los alimentos no
llega jamás a la mesa!
Pero la agroindustria es más
eficiente.
¡Falso! El 30% de la tierra fértil del mundo, la
de pequeños campesinos, produce el 65% de la comida. Y es más diversa,
nutritiva y saludable.
Proponga alternativas.
Soberanía alimentaria y agroecología.
¿En qué consiste eso?
En respetar la sabiduría de los payeses
tradicionales: ¡ellos saben qué le conviene más a su tierra para que los
sustente!
¿Estamos a tiempo?
Gracias a internet, felizmente, pequeños
agricultores están conectando directamente con consumidores: les ofrecen
alimento fresco y saludable, y pueden subsistir.
Estará contento.
Es una esperanza. Yo lo hago así: en
Vallvidrera, treinta familias nos proveemos de un agricultor ecológico de
Collserola.
¿Merece la pena?
¡Claro! Buen precio… y frutas y verdura
siempre frescas y de temporada.
¿Qué decretaría si mandase?
Ayudas sociales a los pequeños agricultores,
para que se queden en el campo.
¿Qué más?
Es aberrante que se fumiguen con avionetas desde
el aire pesticidas sintéticos que lo matan todo (incluidos cultivos de pequeños
campesinos) menos la planta transgénica. Y todo para crecer exportando…: ¡es
pan para hoy y hambre para mañana!
Ilústrelo, para acabar…
El inversor indio Karaturi ha comprado 300.000 hectáreas
en Etiopía: rotura con bulldozers grandes plantaciones para exportar… Detrae
agua del Nilo, ¡y así desecará un río del que viven millones de egipcios!
¿Tan buen negocio es?
Si tiene usted dinero en un banco, no dude que
está financiando negocios así: es la burbuja agroalimentaria… Explotará y
habrá hambrunas. ¡Estamos jugándonos el futuro!