Somos más que la suma de músculos y huesos.
Matrimonio de médicos bien avenido, Mercedes Pérez y Juan Gérvas firman un
libro, Sano y salvo (y libre de intervenciones médicas innecesarias), que recoge lo mejor del conocimiento científico y de su
propia experiencia clínica para advertirnos de los efectos secundarios del
exceso de medicación, tratamientos, vacunas, chequeos… “Hay que ser
prudentes frente a los talibanes de la prevención”. Un libro que lleva a
replantearse la salud y la enfermedad. Fueron miembros destacados del
movimiento de médicos contra la vacuna de la gripe A en España y que en otros
países provocó más efectos nocivos que beneficiosos.
Sí, en EE.UU. causa 225.000 muertes anuales. En España los medicamentos tienen
unos 19 millones anuales de efectos adversos y provocan la muerte a 6.500
pacientes.
También se ha demostrado (Israel) que cuando los médicos hacen huelga las
muertes disminuyen un 45%. Y mis afirmaciones se basan en estudios científicos
fiables.
Los daños de la prevención se perciben a largo plazo. Hoy sabemos que por
ejemplo la terapia hormonal sustitutiva para eliminar los síntomas de la
menopausia, utilizada por millones de mujeres, provoca infartos, embolias y
cáncer de mama (55.000 nuevos casos en el Reino Unido).
Hoy se diagnostica antes y más, pero la mortalidad es la misma. El diagnóstico
precoz no mejora el diagnóstico de muerte.
Produce algo terrible: hordas de supervivientes, por ejemplo de cáncer, que
viven más tiempo con el diagnóstico pero no viven más.
La autoexploración de mama no disminuye la mortalidad, pero duplica las
biopsias. El cáncer de cuello de útero no disminuye por hacer citologías, pero
se siguen haciendo diez millones de citologías al año en España. Si quiere
disminuir el cáncer de cuello de útero, céntrese en la población marginada.
Si quiere reducirlo, no haga el cribado de cáncer de próstata en personas que
no tengan síntomas. Hay muchísimos cánceres inofensivos, histológicos, que se
diagnostican y se tratan en nombre de la prevención.
Sí, o se quedan tranquilos. Y no son tumores pequeños, el de próstata puede
representar el 60%, y el de mama el 47%, pero se quita el pecho, se hace
radioterapia, quimioterapia, y la vida de esa mujer girará alrededor de un
cáncer que nunca la habría matado.
Disminuirían muchos cánceres haciendo menos radiología y controlando los
tóxicos industriales. Pero en este complejo mundo de intereses, deseos y
expectativas cuajan propuestas de prevención imposible, de intervenciones sin
justificación que dañan a la población con pruebas diagnósticas y los
tratamientos consecuentes.
Normalmente, los que remiten solos no dan síntomas ni molestias, somos nosotros
los que los descubrimos. En el diagnóstico precoz no se parte de población con
síntomas.
Hay vacunas necesarias, pero otras como las de la gripe, el virus del papiloma
humano, el neumococo, el rotavirus o la varicela son puro negocio.
Durante la pandemia de la gripe A vacunaron a la población sueca (el beneficio
teórico era 50 muertos menos) y produjeron 200 casos de narcolepsia en
adolescentes.
Lavarse las manos disminuye mucho la transmisión de la gripe, y el 40% de los
médicos y enfermeras no lo hace. Pero la vacuna de la gripe no disminuye el
contagio ni las muertes, no es eficaz en personas sanas ni en personas mayores
de 65 años, lo ha publicado la revista The Lancet. A la gente mayor la
atiborran de pastillas, como si ser viejo fuera una enfermedad, y eso le resta
calidad de vida y a menudo la mata.
Su nivel de colesterol no tiene nada que ver con su pronóstico respecto a las probabilidades
de tener infarto de miocardio, y la mayoría de dichos infartos se dan en
personas con colesterol normal o bajo. Además, los tratamientos para bajar el
colesterol sólo son eficaces en las personas que ya tienen problemas
coronarios, en todos los demás casos el tratamiento es inútil y perjudicial.
No se mida el colesterol, sea feliz, porque ser feliz y optimista añade ocho
años de vida. Y practique la dieta mediterránea, que no consiste en tomar
aceite de oliva a cucharadas, sino en poner un mantel, cubiertos y tener
compañía: no coma delante del televisor. Y si está embarazada, disfrute.
Sí, y no están justificadas, ni los suplementos rutinarios de hierro y yodo.
Estados Unidos, que es el país más intervencionista y el que más dinero gasta
en la atención al parto, ha triplicando su mortalidad.
Sí, los pobres mueren por carencia de atención y los ricos por exceso. Un tac
son 750 radiografías en un adulto y el doble en un niño. La radiación que
recibió la población en Japón en la Segunda Guerra Mundial equivale a cinco
tacs. ¡Ojo con los chequeos!
En los países ricos, los complementos vitamínicos son como mínimo inútiles y en
muchos casos perjudiciales.