Tales personas son raras, por supuesto, a pesar de que se encuentran en todas partes, de todas las edades y en todos los niveles de la sociedad. No sólo en las organizaciones de voluntariado, sino simplemente que nos rodean en la vida cotidiana. No nos damos cuenta de ellos fácilmente, ya que no hacen ruido, no se quejan y suelen dar la impresión de que lo que hacen, es un placer para ellos.
Lo sé … los veo y, al hacerlo, a menudo veo que la gente alrededor de ellos asumen que siempre se puede tirar de la cuerda que consiste en que, necesariamente, estarán de acuerdo en dar. Esta forma de ser puede durar años y años, porque en realidad esa es la naturaleza del dar y compartir. Entonces un día,
Así que alguien allí, créeme, reaccionará y oíremos por todas partes: “Dios mío, él (ella) es malo! Que el señor o la señora X es esto! ¿Has notado cómo él (ella) ha cambiado?
No es solo a la Tierra, cuyos recursos naturales son saqueados por imprudencia, sino también el corazón de algunos seres humanos. La Tierra es regularmente llamada a la rebelión, nos guste o no, incluso si la raza humana tiene una memoria corta. Pero el hombre que es tratado así, en qué medida lo hará?
Hay un poema muy bello y famoso por Alfred de Musset que se titula “El pelícano”. Este poema se refiere a una antigua leyenda de que, el pelícano, da de comer a sus cachorros de sus propias entrañas. Las personas generosas y y las que saquean a otros, me hacen pensar en este pájaro y su sorprendente leyenda.
Todo el mundo responde, reacciona. Tal vez simplemente no se adaptan a este mundo … Tal vez añoran otro …
Apuesto a que es la segunda hipótesis.