
Aún así, el temor por la propia seguridad y la vida misma se han visto activados masivamente, no solo por los movimientos de la tierra y el mar, sino además por el invisible visitante radioactivo que amenaza silencioso con hacerse presente, sin saber hasta dónde llegará, y es en estas condiciones extremas donde cada persona tiene la posibilidad de elegir y ser más. El piso se nos mueve, no hay nada en el afuera donde aferrarse con seguridad, entonces vamos hacia adentro y encontramos un corazón que está amando, que está dando, en paz, en serenidad, más allá del caos.
Estamos encontrando este ancla interno que nos da seguridad, como un bastión, como una roca donde asentarse, y desde allí actuar, sabiendo que la vida misma está vibrando y amando en uno, y descubriendo que no hay nada más que ese amor. Es extremo, pero es. Solo podemos abrazar lo que es, en cada momento, en cada uno, y expandirlo.
Podemos permitir que la apreciación crezca, la apreciación de lo logrado más allá de las circunstancias, la apreciación de lo que sí tenemos y podemos compartir, la apreciación de lo simple, pues la vida es simple. ¡Los humanos la hacemos complicada! La apreciación de la naturaleza y su sabiduría, el ver cómo los animales fluyen con los cambios, cómo se dirigen a donde la naturaleza les indica ir, y confiar en ese saber natural que está en cada uno, que no es intelectual, que es la vibración misma del amor y la energía misma que no está separada de nada en la vida.
Es una situación que no podemos controlar con el intelecto, pues no sabemos, no estamos preparados y no estudiamos para eso. Pues entonces, a pararse en ese lugar interno de seguridad, que puede apreciar y cambiar, fluir y confiar.
Así descubriremos que, a pesar de las circunstancias, hay un millón de pequeñas cosas por las que podemos dar gracias, hasta que esta actitud se torna en un estado de nuestro ser. Y en ese tramado, como tejido colectivo, como telar compartido, el amor forma una manta sólida que nos abriga, nos cuida y se comparte en unidad.
Ustedes sienten, entonces ustedes saben.