Planeta tierra, casa, hogar, lugar en el que vivimos, llámale como tu lo sientas porque lo importante no es el nombre sino comprender hasta qué punto estamos unidos e interactuamos con esta tierra.
Se nos olvida que los átomos que forman nuestro cuerpo no son muy diferentes a los del Universo ni a los de este planeta. ¿Cómo cuidar de uno mismo si no cuidamos lo que nos sustenta?
Hay un modo diferente de relacionarse con el planeta tierra que no está basado ni en el dominio, ni en el control ni en el abuso.
La ciencia lo confirma pero lo confirma mucho más la experiencia y la observación, confirman que lo que se consideraba inútil o pernicioso (ADN basura, virus o microorganismos, amígdalas o apéndice) tiene un papel relevante y es necesario.
Todo está sutilmente unido en el planeta tierra y posiblemente, no hay mejor medio para integrar este conocimiento que cultivar un trozo de tierra y aprender a respetarla, acompañarla y dejar hacer a los ciclos de la naturaleza y a las energías de cada lugar.
El huerto es una ventana al universo, ayuda a comprender cómo es la vida aquí, en este planeta tierra. ¡Pura magia! Pensar que la misma molécula de agua con la que has regado una lechuga, al poco tiempo estará en tu cuerpo, lo recorrerá y fluirá regresando al círculo perfecto de la vida. ¡Nada se pierde, todo se transforma!
El aire que respiras está cargado de moléculas con información de lugares lejanos, de otros bosques, de algunos animales y de otras personas y así constantemente, intercambias información y te conectas con todo, de una forma muy sutil pero muy real también. Miles de organismos respirando al mismo tiempo en una constante transformación y evolución.
El aliento une a los seres vivos y los latidos del corazón nos unen también al planeta tierra, vibramos en la misma frecuencia y esto no es casualidad. Hay quien dice que los árboles y los humanos compartimos destino ya que cada uno, respira lo que el otro exhala.
Quizá por eso es tan importante el contacto con la naturaleza, el ser humano y la naturaleza se complementan y este planeta tierra es un gran vergel. Bosques, montañas, prados, lagos, ríos, aves, mamíferos, insectos, rocas, cristales, todo respira, todo está vivo, todos existimos al mismo tiempo, todo forma parte del ciclo de la vida.
Somos el planeta Tierra
¿Quién cultiva a quién? Decimos que cultivamos la tierra, no estoy muy segura, creo que la Tierra nos cultiva a nosotros. Nos sustenta, nos acoge, nos nutre. Somos igual que las semillas, albergamos un gran potencial y transmitimos de generación en generación una memoria ancestral que muchas veces se nos olvida, pero sigue estando latente en cada uno de nosotros.
¿Es posible que al final recordemos y alcancemos una nueva conciencia? Siempre estamos a tiempo de recomponer lo que hemos roto. En cada uno de nosotros sigue latiendo una memoria indeleble que nos invita a volver a casa, a abrazar los árboles, a cantar con los pájaros, a beber de los ríos, a bañarnos en un lago y a caminar descalzos por la hierba.
Recuperar la conexión con lo que somos y con lo que es este planeta tierra es un tema prioritario. Semillas Solares.
Hermosa reflexión, muy bonita tu forma de transmitir lo que sientes. Es un placer leer tus escritos. Me emocionan mucho. Gracias por tu sencibilidad. Muchas gracias.
Gracias María del Carmen. Me alegra que te gusten y que lo que escribo consiga despertar un sentimiento bonito para ti. Me hace feliz saber que la finalidad del blog se hace realidad y consigue inspirar y motivar a quienes forman parte de esta comunidad. Te mando un súper abrazo.